Tuesday, December 12, 2006

LA MUERTE DE PINOCHET


Mi blog y mi conciencia me exigen una explicación sobre la muerte de Pinochet, puesto que, usando este mismo sitio, proclamé su inmortalidad. En mi defensa diré que esperaba que el Divino Hacedor, antes de ejecutar su propia justicia, dejara actuar a la nuestra, tan cobarde, tan pusilámine, tan parsimoniosa. Lo único que estaría dispuesto a suscribir, por respeto a mis lectores, es lo obvio, que Pinochet murió sin ser condenado por sus crímenes y que esta impunidad es un baldón que nos costará caro, como nación. Lo que yo opine sobre el general fallecido, en tanto individuo, carece de interés. Por esta misma razón, no me interesan las opiniones de los analistas o de los pinochetistas. En las últimas horas escuché muchas tonterías. Uno dice que Pinochet fue un estadista, otro que amó a Chile por sobre todas las cosas, otros que esperarán tranquilos el juicio de la historia y, es seguro, seguirán pontificando sobre “los valores” y aquí no ha pasado nada. Allá ellos, respeto todas las opiniones, pero seamos sinceros, solo fueron palabras que se llevó el viento mientras eran pronunciadas. De tanto reiterarse las palabras terminan perdiendo su significado. Cada vez que hablamos de violaciones de los derechos humanos como una fórmula general, omitimos el hecho real, concreto, particular. En cada caso de tortura atroz, de violación cobarde, de crimen despiadado, de desaparición forzosa de personas, de montaje sistemático; para simular un enfrentamiento o una fuga, hay víctimas, con nombres y apellidos, con padres, cónyuges, hijos, familiares, personas de carne y hueso que ya no están entre nosotros o que padecen las graves secuelas de esas experiencias traumáticas. El estadista del que nos habló el Sr. Guiloff, mando a sus sicarios a asesinar personas en el exterior. ¿Será necesario nombrarlos? El Sr. Izurieta le creyó a Pinochet cuando éste dijo que amaba a Chile por sobre todo, a costa de cualquier padecimiento. ¿Le creyó también cuando dijo, públicamente, con la arrogancia del farsante, que saldría de La Moneda más pobre que cuando entró?

El que quiera esperar el juicio de la Historia, que espere.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Jorge:

Tu artículo sobre el Sr Pinochet me parece no solamente digno (ejemplo raro entre chilenos que abordan este tema en estos días) sino que además bien equilibrado. Creo que hasta el propio Pinochet podría estar de acuerdo con el juicio que emites. Faltaría quizás decir que muchos chilenos, lamentando que la justicia nunca llegara, olvidamos de mencionar que poco hicimos para que se apareciera de toca, ojos vendados, de espada y balanza.

1:04 AM  

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