Friday, November 10, 2006

PIEL ROJA SUELTO EN LA TIRANA



Jorge Bravo de la Carrera

Hace un par de meses me encontraba en medio de la Pampa del Tamarugal, en pleno desierto del norte chileno. Soy fotógrafo profesional y debía hacer un reportaje a la llamada “Fiesta de la Tirana”, un evento maravilloso. El pueblo tiene unos ochocientos habitantes pero durante la festividad llegan al poblado alrededor de cuatrocientas mil personas por devoción a la Virgen.

No tengo muy claro el vínculo entre la Virgen del Carmen y la la princesa inca Huillac Ñusta, llamada “Tirana”, por la ferocidad con que defendía a su pueblo de la invasión española.

La princesa, en un hecho lamentable para los invadidos, se enamoró de un sujeto de origen portugués, Vasco de Almeyda, quien había sido capturado y sentenciado a pena de muerte. El historiador peruano Rómulo Cuneo Vidal escribió: “El corazón de Huillac no había conocido vacilación hasta ese instante” pero sin embargo al escuchar la sentencia hace lo posible por dilatarla. El portugués le exige para satisfacer sus requerimientos amorosos que se convierta al catolicismo. Ella termina por descuidar sus labores en la guerra y accede, finalmente, a casarse, pero durante la ceremonia son descubiertos y asesinados.

Los católicos curiosamente toman este hecho como un “tremendo amor de La Tirana hacia Dios”, como un acto de fé, cuando es evidente que si decide traicionar a su pueblo, no fue por motivaciones religiosas sino sentimentales.

Pero más allá de los fundamentos, es interesante como año a año cientos de personas rinden homenaje a la Virgen a través de bailes maravillosos, llenos de color y alegría, veinticuatro horas al día durante al menos un par de semanas.

Diablos, Caporales, Osos, Tortas, Chinos, Sayas, Tinkus e Indios, entre otros, son algunos de los personajes que bailan en la fiesta. Cada cual tiene su origen, por ejemplo entre los “Figurines” un viejo de barba y cabello blanco representa al “patrón”, baila como borracho y es fresco con las mujeres. Otro personaje que me llamó mucho la atención es el de la fotografía. En medio del desierto chileno me encontré con este Indio Sioux,

Puedo comprender qué alguien disfrazado de oso baile bajo el sol, ya que representa “la pereza” en la tradición de la diablada. Pero un indio norteamericano no tenía lógica. Comencé a investigar el tema y en un libro del investigador Juan Uribe encontré la respuesta: en la época de gloria del salitre los campamentos mineros se transformaban en verdaderas ciudades y el cine fue una de las atracciones que llegaron hasta el desierto. La mayoría de las películas exhibidas en esos cines eran de vaqueros, y fue así entonces, como el pampino conoció a los indios y empezó a imitar sus bailes.

1 Comments:

Blogger esteban lob said...

Te felicito, Jorge, por tu capacidad literaria. La heredaste supuestamente de tu papá, aunque mucho de habilidad propia debe haber,¿no?. Interesante reseña.

Afectuosos saludos.

3:50 PM  

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