Tuesday, February 20, 2007

CARTA AL SEÑOR BERNARD WEBER



Estimado señor Weber:

Me enteré por la prensa que se encuentra en Chile para visitar Isla de Pascua, una de las postulantes a integrar las 7 maravillas del mundo. Se me presenta una magnífica oportunidad para contarle que tengo un blog en el que publiqué en mayo de 2006, el post “Mis siete maravillas”. En esa oportunidad me inspiré en un capítulo de una serie humorística nacional…; bueno, mejor le transcribo el artículo completo, por si le sirve.

Ah! Me enteré que en Perú el propio Presidente, Alan García, lo acompañó a Macchu Picchu, lo que contrasta con la actitud de las autoridades chilenas. No es que quiera disculpar a doña Michelle, por no interrumpir sus vacaciones en el lago Caburgua, que, entre nosotros, es maravilloso. Bueno, así somos los chilenos, después nos andamos quejando.

Ahí va mi escrito.

Lo saluda cordialmente

Línea de Flotación


MIS SIETE MARAVILLAS

“Lo más incompresible del universo
es que tal vez podamos llegar a
comprenderlo.”
Albert Einstein

En un capítulo reciente del “remake” chileno de la serie de televisión norteamericana “The Nanny”, la Lolo le cuenta a don Max, entre risas, que la Nany cree que el Morro de Arica es una de las siete maravillas del mundo. Traté de recordar cuales son las famosas siete maravillas pero solo pude recordar dos o tres. Del tema no tenía noticias desde la época del colegio, cuando buscaba las láminas coleccionables que traían los cuadernos “Torre”. En internet vi que se han hecho esfuerzos por actualizar o modernizar el concepto que, en su idea original, se refiere exclusivamente a la antigüedad.

¿Qué le habría contestado yo a la Lolo si me hubiera preguntado cuales son, a mi juicio, las siete maravillas del mundo?

Veamos: En primer lugar tendría que recordar que la definición de mundo tiene una acepción amplia, en cuyo caso es “todo lo existente”, y otra restringida, como el conjunto humano organizado, cuando se habla del “nuevo mundo” o del “tercer mundo” De acuerdo con lo anterior, usando el concepto más amplio, mis siete maravillas son:


1: El COSMOS: tal cual lo conocemos en el siglo XXI, luego del avasallador avance de los descubrimientos y de las investigaciones científicas y su divulgación, en la que destacan, entre otros, Isaac Asimov, Carl Sagan y Stephen Hawkins, quienes a través de los medios disponibles, (libros, conferencias, prensa, revistas especializadas, documentales de cine y televisión, internet), han puesto sus conocimientos a disposición de todos nosotros.

2: El planeta TIERRA, nuestra casa, con su fiel, discreta y romántica compañera de viaje, la Luna.

3: La VIDA, que coexiste en la más asombrosa variedad de formas, que comprende millares de especies desaparecidas o en vías de desaparecer, por la falta de conciencia colectiva de la necesidad de `reservarla

4: El HOMBRE: Por supuesto la mujer, los niños, los jóvenes, los ancianos, los buenos, los malos, los sabios, los tontos, los entretenidos, los lateros, todos los que hoy habitamos la tierra, los que abandonaron la nave, y los que vendrán. Nosotros y la humanidad.

5: La CULTURA, definida como el conjunto de costumbres, ideas, conocimientos, aportes, descubrimientos, conceptos, padrones de conducta, valores, que se desarrollan y acumulan en la humanidad o al interior de cada sociedad, nación o grupo humano y que, se supone, deben conservarse y desarrollarse.

6: Las SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO, las conocidas desde la antigüedad, más las que se estimen deben agregarse a dicha lista. Agreguemos las grandes obras del arte de todos los tiempos, en la escultura, la pintura, la literatura, etc.

7: El FUTURO DE LA HUMANIDAD, ese que nos conducirá al espacio, a la exploración y a la conquista del cosmos.

¿Que tal la volada?

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Hola Tío:

Vuelvo desde las sombras para escribirle algunas palabras a propósito de su artículo sobre Las Siete Maravillas del Mundo. Su lista personal me parece insustituible. Ciertamente son de las cosas más maravillosas que nuestra percepción o inteligencia nos puede ofrecer. Pero hay que recordar que el listado primitivo sólo incluía logros colectivos, vale decir, pináculos de la cultura en cualquiera de sus manifestaciones. Así, por ejemplo, la Biblioteca de Alejandría que reunió dos méritos: ser un edificio monumental, ser el depósito de todo el conocimiento de su época. Para precisar, la lista pertenece a la célebre Historia que Heródoto de Alicarnaso compiló a lo largo de una vida nada sedentaria. Incluye tres maravillas en Africa: la ya mencionada Biblioteca, el Faro de la misma ciudad, y las Pirámides en la meseta de Ghiza; dos en Grecia: el Coloso en el puerto de Ródas y la estatua de marfíl y oro en honor a Zeus en la ciudad de Olimpia; y dos en el Medio Oriente: los Jardines Colgantes de Babilonia y la Tumba de un importantísismo hombre de sus tiempo, cuyo nombre no me acuerdo, pero que según toda seña se ubicó en lo que es hoy Turquía. Como se verá, son logros donde se conjugan la Arquitectura y el Arte, que para ese tiempo necesariamente debían incluir todos los conocimientos de los que se pudiera disponer. Las Pirámides no sólo necesitaron el concurso de miles de personas sino además de toda la Ciencia que disponía el Imperio Egipcio. La estatua del Coloso es imposible de concebir si no se tiene en cuenta el auge económico que proporciona una ciudad portuaria; los materiales para el templo a Zeus, incluida la estatua, provinieron de muchas regiones tributarias de la Grecia Imperialista: Marfíl de Africa, oro del Cáucaso, madera del Líbano, y a los mejores artesanos del mundo conocido. El Mausoleo debió ser algo más que una tumba: un edificio lujoso hecho de mármol, calcedonia, lapislázuli, malaquita, etc, que llamaba poderosamente la atención por la ambición del proyecto, ambición que su propietario creería cumplida en una remota posteridad. Lamento confesar que la primera de las Maravillas que mudó de estado fue justamente esa tumba. Se olvidó el nombre del difunto y los materiales fueron vilmente arrancados para otros usos. En la lista que mi Padre promulgaba su sitio había sido ocupado por la Gran Muralla, circunstancia que denota dos cosas: que para el medioevo la fama del mausoleo y el nombre del propietario habían desaparecido irremediablemente; la influencia de Marco Polo en un nuevo concepto de Maravilla. Porque el Libro de las Maravillas, como se le conoce (Visio Mundii -Visión Del Mundo- es su título original), incluye muchas más que siete: el palacio de verano del Kanh hecho de bambú y que se podia transportar íntergro donde el soberano lo dispusiera; los hombres que cuidan a los niños durante seis meses sin salir de la cama mientras las mujeres van a los campos; los ocho soldados de Sipango cuyas piedras mágicas los hacían invulnerables a las espadas y que debieron ser muertos a garrotazos; una ciudad con más puentes que Venecia; un fango extraño y nada oloroso que ardía al contacto del fuego; la Flota con cientos de barcos que partió a buscar las Islas de los Bienaventurados y que nunca volvió y que terminó fundando una colonia que después se covertiría en Imperio; la tienda de campaña del Gran Kanh hecha con pieles de tigre y que podía albergar a toda su corte... y así, suma y sigue.
Pero gracias a ese curioso cruce el Mundo Antiguo reapareció, dando paso al Renacimiento y a la cultura Ilustrada. Pero las Maravillas se habían ido. Mármoles y pergaminos habían sido consumidos por el tiempo, sin embargo, no perdieron su capacidad de maravillarnos. Su noticia produjo primeramente el deseo de ampliar la lista, o llenar los espacios disponibles. Circuló un tiempo una lista de las Maravillas Naturales, pero la mayoría quedaban en Norteamerica, así que el juicio de selección merece todas nuestras dudas. El Gran Cañón debe figurar, pero Niágara no tiene por dónde compararse con Yguazú.
Así y todo, el deseo de nombrar las Maravillas sigue y prolifera. Los bienintencionados organizadores de esta encuesta internacional tienen todo mi apoyo, pero ¿no será conveniente hacer una lista interminable, sumatoria, o debe permanecer el número límite, como recuerdo de nuestro temor e idolatría por las cifras mágicas? ¿Por qué debería ceder su puesto Stonehenge si no es menos maravillosa que los Moais, que Angkor Vat, que la torre de Pisa, que Brasilia, que el Camp Nou, ni el Taj Mahal es más que Veranesi, o Westminster, o la Sagrada Familia, o las Ciudades sumergidas en la selva, ni que cualquier templo gótico o semirománico o mezqita de este y del otro lado del Atlántico? Y ni qué decir que ninguna de esas remotas maravillas se compara con el eclipse que esta noche puedo ver frente a frente en toda su premonitoria belleza (otro antiguo horror), o que el simple hecho de ser y respirar, o de tener esperanzas, o de agradecer esa palabra que no esperábamos, o las sencillas mañanas del mundo con un pan fresco y una humeante taza tras la ventana rota.
¡El Mundo es una Maravilla!, dirá usted. De acuerdo, y cascada de colores. Pero lo cierto es que de tanto asombrarnos de nuestro ombligo atómico hemos dejado las simples maravillas a la intemperie de nustro espíritu. “A recobrarlas”, deberá ser la consigna.

Antonio Hernández

5:50 PM  
Blogger JORGE BRAVO TESSEO said...

Estimado Antonio:

Te agradezco tu comentario, realmente es mucho más que eso y ameritaría una publicación como post. Mientras lo hacemos, te reitero mis felicitaciones. Para nuestros lectores les recierso que Antonio es autor de dos post ya publicados, "Lo que realmente ocurrió con la llama de la Libertad" y el cuento "La derrota". Espero que pronto puedas enviarnos otras colaboraciones. Un abrazo.

6:04 PM  

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