Thursday, January 11, 2007

ORHAN PAMUK: NOBEL DE LITERATURA 2006



Oscar Bravo Tesseo


El escritor turco Orhan Pamuk ha obtenido el premio Nobel de Literatura 2006. A mi modo de entender no se podía haber escogido mejor. Cierto es que hay numerosos escritores que hace tiempo están esperando su turno, menciono entre ellos a Vargas Llosa y a Antonio Lobo Antunez, ambos extraordinarios, por cierto. Pero Pamuk es distinto a todos.

Pamuk es como Estambúl, la ciudad donde Pamuk vive desde toda la vida, en una casona del barrio Nisantasi. Este lugar lo describe Pamuk, una y otra vez, en pasajes de sus novelas, por ejemplo en éste, recogido de "Kara Kitap", título del original, en turco, de "El Libro Negro". La traducción del texto que sigue es mia - me disculpe Orhan Pamuk - partiendo de la versión sueca de la novela:

"Era una Sábado por la tarde un año y medio después que Ruya y su familia se habían mudado al piso superior, esto es mientras ambos asistían al tercero de preparatorias en la escuela. Mientras las bocinas de los automóviles y los tranvías circulando por Nisantasi llenaban el departamento en el atardecer de aquella noche de invierno, habían comenzado un juego nuevo, una especie de escondite, inventado por ellos, cuyas reglas las habían decidido combinando las de otros juegos. Uno de ellos tenía que entrar en el departamento de sus tíos o el de los abuelos y esconderse allí, desaparecer, en tanto que el otro tenía que buscar, hasta encontrarle. Como este simple juego no permitía encender la luz en habitaciones a oscuras y tampoco tenía límite de tiempo, exigia de los participantes un buena dosis de paciencia y fantasia. Cuando le tocó el turno de esconderse, Galip se metió encima de un ropero, en la pieza de la abuela paterna, al cual había trepado pisando primero en el brazo y después en el respaldo de un sillón que había descubierto un par de días antes y que le había dado la idea ingeniosa de esconderse allí. Convencido de que Ruya jamás lo encontraría, estaba ahí en la oscuridad imaginándose cosas. En su fantasía, se imaginaba ocupar el lugar de Ruya buscándole a él, para así entender mejor el dolor que ella sentiría mientras iba por allí, echándolo de menos. Ruya estaría a punto de echarse a llorar. Ruya estaría completamente fuera de si en su soledad, en el piso de abajo, con lágrimas en los ojos, rogando a Galip que saliera del escondrijo oscuro donde ella creía que él se había escondido. Mucho más tarde, después de una espera que duró lo que dura la eternidad de la infancia, bajó Galip impaciente del ropero, sin darse cuenta de que era a él a quien la impaciencia lo había apresado entre sus garras. Cuando sus ojos se fueron acostumbrando a la luz opaca de la lámpara, comenzó a buscar a Ruya por toda la casa. Una vez que hubo recorrido de arriba a abajo cada uno de los pisos del edificio, preguntó a la abuela por Ruya, pero había en él un extraño sentimiento fantasmal, una especie de reconocimiento de haber perdido: "Pero si estás lleno de motas de polvo!" dijo la abuela, sentada en su sillón. "Dónde te habías metido? Preguntaban por ti!" Y después añadió: "Vino Celal. El y Ruya se fueron al almacén de Aladino!" Galip corrió de inmediato a la ventana, fría, de un frío azul y oscuro. Nevaba, de esa nieva pesada y dolorida, llamándolo a que saliera a la calle. Desde el interior de la tienda de Aladino, desde los juguetes, las revistas ilustradas, desde las pelotas, los yoyos, los tanques de juguete y las botellas coloridas emanaba una luz de color idéntico al de la piel de Ruya, arrojando un reflejo difuso en la nieve blanca que se había ido juntando en la vereda."

En este pasaje breve, aparentemente insignificante, introducido en la forma de un recuerdo inocente de la infancia del protagonista, expone Pamuk la clave de su novela El Libro Negro, la revela entera - a mi modo de ver - en un corte profundo y preciso, ausente toda misericordia. Revela aquí, la perdida definitiva de las esperanzas de Galip de llegar a tener una identidad propia.

Un cuarto de siglo más tarde, Galip, joven y próspero abogado, regresa a casa. Su bellísima mujer y prima, Ruya, no ha desaparecido. Galip inicia entonces una búsqueda incansable y deseperada por Estambúl, búsqueda que lo llevará a otras, las de Celal, tio de Galip y de Ruya, famoso periodista del diario más importante de Estambúl, cuyas columnas penetran cada semana los rincones más reconditos del país, los secretos más ocultos, las compiraciones más extraordinarias. Esta segunda búsqueda y espera, tan inútil y desvastadora como la de la infancia, terminará también en el barrio de Nisantasi, frente a la tienda de Aladino.

Ganó Orhan Pamuk el premio Nobel, algo que yo había previsto, después de leer Kara Kitap. Necesitando cortarme el pelo, me voy a la peluqueria Studio 8, que queda de nuestro departamento -en Birkastan - no más lejos que el negocio de Aladino queda de la casa de Galip niño, en la novela de Pamuk. Se que los sábados atiende una peluquera originaria de Turquía. Le pregunto si se enteró de lo del premio Nobel.

Si, - me cuenta - en Turquía hay muchos que no lo pueden ver.

Pero si es un gran escritor - protesto yo - yo he leído varias de sus novelas - advierto que como argumento, el que yo los haya leído no es motivo suficiente para que el autor de los mismos sea amado por sus connacionales.

Seguramente - dice ella - y también es una persona muy distinguida. Cuando habla en turco se siente muy bonito, no como los otros, que hablan tan feo. Escucharlo es como si hablara un gentleman inglés.

Mi peluquera ha sido capaz de encontrar, por la comparación presentada, una fórmula adecuada para expresar el bien hablar: hablar bien tiene que, desde las diferencias propias de cada idioma, recordar a un caballero inglés. Es eficaz como fórmula pues no requiere que uno entienda inglés. Yo también he pensado, alguna vez, que la belleza puede definirse como la voz de una joven hablando francés.

Le pregunto que significa el apellido Pamuk. Yo se que significa algo. Visité una vez, en Anatolia, un lugar denominado Pamukale, un cerro de sal, con piscinas naturales en sus laderas, algo maravilloso. Ella me informa que Pamuk significa "bomull", la palabra sueca para algodón, en castellano.

Estocolmo cultural busca en estos días algunos libros del autor turco residente en Estambúl, cuyo apellido significa algodón, castellano que a su vez origina del árabe al-qutun, cotton, como diría el gentleman inglés de mi peluquera, para tratar de ponerse al día acerca de lo que ha escrito Pamuk, durante el fin de semana.

El propio Pamuk, que no está acostumbrado a tanto ruido alrededor de su figura y su nombre ha escrito, no hace mucho, en la revista de libros del New York Time, que:
… "la libertad de expresión tiene que crecer del orgullo y ella es, en su esencia, una expresión de dignidad humana" - y sigue unos párrafos más adelante, en el mismo artículo - "...debemos preguntarnos cuan cuerdo es basurear culturas y religiones, bombardear sin misericordia países enteros en nombre de la libertad de expresión y de la democracia."

Obsérvese que el intelectual turco dice que la libertad de expresión es una forma de dignidad humana. Esto es anterior y viene de más adentro del alma humana que una libertad de concebida como derecho, supuestamente humano, a insultar, ensuciar, ofender y demonizar al otro, que suponen tener un buen número de intelectuales liberales corroídos quizás por el paso inoxerable de nuestros tristes tiempos.


Estocolmo, Enero 2007

6 Comments:

Blogger JORGE BRAVO TESSEO said...

En primer lugar debo agradecer a Oscar que me haya autorizado a publicar este artículo que tomé de su sitio es.geocities/chile_de_hoy. Me interesó hacerlo porque, en los últimos años, ha sido frecuente que el Premio Nobel de Literatura se otorgue a escritores virtualmente desconocidos en Chile. En el caso de Pamuk sucede lo mismo, son pocos acá los que conocen la obra, inédita en español. En consecuencia, la publicación que comento es un aporte efectivo al conocimiento del escritor galardonado. Por otra parte,constituye un aporte a un sitio que aspira a ser un lugar de encuentro de quienes gustan de la literatura y, en general, valoran la cultura en todas sus manifestaciones.

7:42 AM  
Anonymous Anonymous said...

Saludo desde Santiago a Oscar y celebro que su hermano Jorge Bravo publique su visión tan interesante acerca de los temas expuestos más arriba.
Quiero aclarar que soy un simple lector-ciudadano, o sea que no leo con la sapiencia de los expertos en literatura, y en este punto confieso que llevo 86 páginas del libro del Nobel turco de Literatura 2006, Orhan Pamuk, llamado La casa del silencio, debiendo hacer un esfuerzo supremo para no dejarlo botado por aburrido. Este sentimiento es mayor luego de leer de una plumada por lo entretenido y apasionante Travesuras de la niña mala de Vargas Llosa.
Cordiales saludos.

1:57 PM  
Anonymous Anonymous said...

Quiero agregar un concepto vinculado con Pamuk. Es admirable la profusión de sus personajes y la identificación del perfíl de cada cual, pero en un resultado catalizador de emociones, al menos La casa del Silencio hasta su página 86, me deja frío y sin entusiasmo por seguir leyendo.

2:19 PM  
Anonymous Anonymous said...

Agradeciendo los simpáticos comentarios y saludos de Esteban, pienso que "La Casa del Silencio" es un intento de Orhan Pamuk de entregar algunas imágenes acerca de un conflicto que azota a Turquía desde hace muchos años, de ahí que la situe en los setenta, y que la divide entre los que perteneciendo a la clase media, secular y universitaria, quieren abrirse hacia Europa y la corriente nacionalista, popular que se afinca entre los pobres, incluso fundamentalista, aferrada a un ayer que tiene a lo menos un siglo.
Es una condición dramática puesto que ni Europa es la del Renacimiento de las repúblicas italianas, ni Turquía es la de los sultanes otomanos, poderosos y tolerantes, de los buenos tiempos. Tocó a Ataturk, militar y moderno, salvar los restos de un imperio en ruinas, solo que a costa de uno de los más grandes sacrificios que se le puede pedir a una nación: cambió desde su manera de vestir hasta el alfabeto. Vinieron otros regímenes después que prohibieron a las minorías nacionales el derecho a expresarse, escribir, leer y cantar en sus propias lenguas. De algún modo se salvó la nación turca pero el precio a pagar fue, para una parte considerable de la población, que se le arrebataran los símbolos de su identidad, no estanda preparada para hacerse de otra cualquiera.
Estoy cierto que lo dicho malamente sirve de justificación para una novela cuyo texto aburre a su lector, pero quizás arroje sobre el alguna luz difusa, que recuerde la de ciertas calles de Estambúl, descendiendo entre veredas mal cuidadas y balcones de maderas desgastadas por el siglo, hacia las aguas oscuras del Bósforo. De la misma manera, puede que al final las narraciones de Nilgun, Hasan y Faruk, y las de los otros, echen poco a poco algo de luz sobre la historia de Turquía, que según Pamuk parece estar marcada por su ubicación entre dos continentes que algunos quieren ver en eterno conflicto.

3:22 PM  
Anonymous Anonymous said...

Agradezco la didáctica versión de Oscar, en el comentario anterior, lo que me da fortaleza y esperanzas para continuar la lectura del libro en referencia.
Afectuosos saludos.

5:52 AM  
Anonymous Anonymous said...

Es extraordinario, tengo que agregar, observar como la historia se escribe en las calles de Estámbul, al mismo tiempo que nosotros somos los lectores de algunas interpretaciones narrativas de ella.
No hace más que unos días atrás fue asesinado un periodista y publicista turco de origen armenio - me refiero a Hrant Dink - cuyo funeral se transformó en una contundente manifestación por la libertad, la tolerancia y la dignidad del ser humano. Desgraciadamente, en Turquía, puede llegar a ser un delito contra la dignidad nacional, el presentar hechos de la historia del país, y del ex imperio Otomano, que no son oficialmente reconocidos. El asesino, un chico de apenas 17, proviene de una lejana localidad en el Mar Negro. Sostiene haber asesinado a Dink en un acto de venganza por haber éste último humillado a la nación Turca con sus escritos.

6:06 AM  

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