REFLEXIONES SOBRE LA CONSECUENCIA
Ingresé a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile el año 1960. Desde mi primera hora de clase quedé cautivado por el grado de libertad intelectual que reinaba en el ambiente universitario. Poco tiempo después de mi ingreso me incorporé al Grupo Universitario Radical---
Entre mis profesores había personalidades de la vida pública nacional como Alberto Baltra Cortés, Aníbal Bascuñán Valdés, Jaime Eyzaguirre, Avelino León, Jacobo Schaulshon, Patricio Aylwin, Enrique Silva Cimma, Raúl Rettig, para nombrar sólo algunos.
Alberto Baltra fue mi profesor de "Economía Política". Tenía un gran prestigio como docente, economista y político, dentro y fuera de la Universidad. Había sido Ministro de Economía, fundador de la Escuela de Economía de la Universidad de Chile, investigador de Cepal. Escribió libros, entre ellos su famoso "Crecimiento Económico de América Latina", editado por la Editorial del Pacífico. Militaba desde siempre en el Partido Radical, donde integraba el ala más izquierdista. Fue el pre-candidato a la Presidencia de la República que ese Partido postuló para ser el abanderado de la Unidad Popular, en las elecciones del año 1970, contra Salvador Allende y Pablo Neruda, pre-candidatos del Partido Socialista y del Comunista, respectivamente-
Entre sus ayudantes estaba Ricardo Lagos, que en esa época alcanzó notoriedad pública con su tesis "La Concentración del Poder Económico en Chile", que fue editada por Editorial del Pacífico, que fue calificada con nota máxima. Ricardo Lagos era miembro del GUR, donde gozaba de un gran prestigio, aunque, en esa época, sus intereses iban por la docencia y no por la política.
Baltra era el líder absoluto para nosotros los jóvenes radicales universitarios y ejerció una influencia decisiva en la formación de nuestro pensamiento político. Era exigente con sus alumnos, dentro y fuera de la sala de clases. Vivía en un departamento en la Avenida Providencia, cerca de la Escuela. En algunas oportunidades, dentro de las actividades políticas del GUR, que seguía de cerca, invitó a sus alumnos-correligionarios del curso, a su departamento, para analizar la situación política del país. En estas oportunidades, Baltra quería conocer nuestras opiniones y nos interrogaba como si estuviéramos en clase y más de algún militante se llevó una reprimenda con motivo de sus respuestas.
En el Partido Alberto Baltra formaba parte de una minoría, que lideraba en forma indiscutía. Le secundaban la diputada Ana Eugenia Ugalde, Aníbal Palma y Julio Stuardo. También eran parte de la izquierda radical Anselmo Sule y Alcides Leal, quién falleció prematuramente. Baltra desconfiaba de éstos últimos. Sule era el Presidente de la Juventud Radical y, en tal calidad presidió en esos años un Congreso en La Serena, que fue un acontecimiento, no sólo para el Partido y la ciudad, sino que para la política de esos años. El poder de la Juventud y del GUR era tan importante que sus actividades eran cubiertas habitualmente por los comentaristas radiales más prestigiosos de la época, Luis Hernández Parker y René Olivares. El ingreso del Partido al Gabinete del Presidente Alessandri había causado un terremoto en la Juventud Radical y, como consecuencia, un grupo muy importante de jóvenes abandonaron el Partido y formaron el Movimiento Social Progresista, liderados por Jorge Arrate. Este grupo logró ganar las elecciones de la FECH, y fue durante un periodo el más importante a nivel universitario. Baltra obtuvo que el GUR tuviera una mayor representación en el Congreso de La Serena y se designó a tres de sus miembros al efecto, un estudiante de Medicina, de apellido Seisdedos, a Edmundo Villarroel, un estudiante de derecho que después desertó para estudiar Pedagogía y en definitiva, se dedicó exclusivamente al teatro como autor dramático y director y que alcanzó notoriedad pública con "Agamos el Amor", sin hache y otras obras. Yo fui el tercer delegado.
Nuestra participación en el Congreso fue prácticamente nula. Si se suponía que representábamos una oposición a Sule, estoy seguro que nadie lo notó o se enteró.
Recuerdo que en esos años Baltra siempre se las ingenió para estar en primera plana de las noticias. A fines del año 1960, justo antes de los exámenes, el profesor Baltra viajó a Europa, para visitar los países socialistas, especialmente la República Democrática Alemana. Cuando regresó a Chile dio un ciclo de conferencias, en las que "justificó" con argumentos económicos la construcción del famoso "muro de Berlín".
Por la misma época Baltra escribió un notable artículo en la Revista "Punto Final". En el expuso su tesis según la cuál la clase media chilena aspiraba a vivir en la misma forma como lo hacía la burguesía, olvidando que, por su naturaleza, estaba mucho más cerca de la clase asalariada, de la que se negaba a formar parte, como sucedía en la realidad. De esta forma, la clase media se ponía de parte de los dueños del capital, para quienes no había diferencia entre un individuo de "clase media" que otro de la "clase obrera". Estimaba que los intereses de unos y otros eran coincidentes, por lo que el apoyo de la "clase media" a la burguesía era un absurdo. Desafortunadamente no puedo reproducirlo textualmente, como me habría gustado, porque desapareció de mi archivo.
En todo caso, como siempre, la última palabra la tiene la Historia: Mientras Alberto Baltra, terminó sus días apoyando la dictadura militar y en el piadoso olvido de quienes lo vieron actuar en la política chilena, entre los años 60 y 80, Anselmo Sule murió, con las botas puestas, como Presidente de su Partido y gozando del respeto de todo un país.
Entre mis profesores había personalidades de la vida pública nacional como Alberto Baltra Cortés, Aníbal Bascuñán Valdés, Jaime Eyzaguirre, Avelino León, Jacobo Schaulshon, Patricio Aylwin, Enrique Silva Cimma, Raúl Rettig, para nombrar sólo algunos.
Alberto Baltra fue mi profesor de "Economía Política". Tenía un gran prestigio como docente, economista y político, dentro y fuera de la Universidad. Había sido Ministro de Economía, fundador de la Escuela de Economía de la Universidad de Chile, investigador de Cepal. Escribió libros, entre ellos su famoso "Crecimiento Económico de América Latina", editado por la Editorial del Pacífico. Militaba desde siempre en el Partido Radical, donde integraba el ala más izquierdista. Fue el pre-candidato a la Presidencia de la República que ese Partido postuló para ser el abanderado de la Unidad Popular, en las elecciones del año 1970, contra Salvador Allende y Pablo Neruda, pre-candidatos del Partido Socialista y del Comunista, respectivamente-
Entre sus ayudantes estaba Ricardo Lagos, que en esa época alcanzó notoriedad pública con su tesis "La Concentración del Poder Económico en Chile", que fue editada por Editorial del Pacífico, que fue calificada con nota máxima. Ricardo Lagos era miembro del GUR, donde gozaba de un gran prestigio, aunque, en esa época, sus intereses iban por la docencia y no por la política.
Baltra era el líder absoluto para nosotros los jóvenes radicales universitarios y ejerció una influencia decisiva en la formación de nuestro pensamiento político. Era exigente con sus alumnos, dentro y fuera de la sala de clases. Vivía en un departamento en la Avenida Providencia, cerca de la Escuela. En algunas oportunidades, dentro de las actividades políticas del GUR, que seguía de cerca, invitó a sus alumnos-correligionarios del curso, a su departamento, para analizar la situación política del país. En estas oportunidades, Baltra quería conocer nuestras opiniones y nos interrogaba como si estuviéramos en clase y más de algún militante se llevó una reprimenda con motivo de sus respuestas.
En el Partido Alberto Baltra formaba parte de una minoría, que lideraba en forma indiscutía. Le secundaban la diputada Ana Eugenia Ugalde, Aníbal Palma y Julio Stuardo. También eran parte de la izquierda radical Anselmo Sule y Alcides Leal, quién falleció prematuramente. Baltra desconfiaba de éstos últimos. Sule era el Presidente de la Juventud Radical y, en tal calidad presidió en esos años un Congreso en La Serena, que fue un acontecimiento, no sólo para el Partido y la ciudad, sino que para la política de esos años. El poder de la Juventud y del GUR era tan importante que sus actividades eran cubiertas habitualmente por los comentaristas radiales más prestigiosos de la época, Luis Hernández Parker y René Olivares. El ingreso del Partido al Gabinete del Presidente Alessandri había causado un terremoto en la Juventud Radical y, como consecuencia, un grupo muy importante de jóvenes abandonaron el Partido y formaron el Movimiento Social Progresista, liderados por Jorge Arrate. Este grupo logró ganar las elecciones de la FECH, y fue durante un periodo el más importante a nivel universitario. Baltra obtuvo que el GUR tuviera una mayor representación en el Congreso de La Serena y se designó a tres de sus miembros al efecto, un estudiante de Medicina, de apellido Seisdedos, a Edmundo Villarroel, un estudiante de derecho que después desertó para estudiar Pedagogía y en definitiva, se dedicó exclusivamente al teatro como autor dramático y director y que alcanzó notoriedad pública con "Agamos el Amor", sin hache y otras obras. Yo fui el tercer delegado.
Nuestra participación en el Congreso fue prácticamente nula. Si se suponía que representábamos una oposición a Sule, estoy seguro que nadie lo notó o se enteró.
Recuerdo que en esos años Baltra siempre se las ingenió para estar en primera plana de las noticias. A fines del año 1960, justo antes de los exámenes, el profesor Baltra viajó a Europa, para visitar los países socialistas, especialmente la República Democrática Alemana. Cuando regresó a Chile dio un ciclo de conferencias, en las que "justificó" con argumentos económicos la construcción del famoso "muro de Berlín".
Por la misma época Baltra escribió un notable artículo en la Revista "Punto Final". En el expuso su tesis según la cuál la clase media chilena aspiraba a vivir en la misma forma como lo hacía la burguesía, olvidando que, por su naturaleza, estaba mucho más cerca de la clase asalariada, de la que se negaba a formar parte, como sucedía en la realidad. De esta forma, la clase media se ponía de parte de los dueños del capital, para quienes no había diferencia entre un individuo de "clase media" que otro de la "clase obrera". Estimaba que los intereses de unos y otros eran coincidentes, por lo que el apoyo de la "clase media" a la burguesía era un absurdo. Desafortunadamente no puedo reproducirlo textualmente, como me habría gustado, porque desapareció de mi archivo.
En todo caso, como siempre, la última palabra la tiene la Historia: Mientras Alberto Baltra, terminó sus días apoyando la dictadura militar y en el piadoso olvido de quienes lo vieron actuar en la política chilena, entre los años 60 y 80, Anselmo Sule murió, con las botas puestas, como Presidente de su Partido y gozando del respeto de todo un país.
1 Comments:
Pone los pelos de punta...se agradecen esas letras
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