SANTIAGO EN 100 PALABRAS
La Revista Plagio, con el auspicio del Metro y otras empresas e instituciones, a las que hay que agradecer, como ciudadanos, su contribución a la dufución de la cultura, convocan a los chilenos a participar en el concurso de relatos urbanos breves, conocido como “Santiago en 100 palabras”. La revista publicó recientemente las bases para la octava versión. Decidí participar en este evento con un cuento que tenía listo para publicar en este blog, motivo por el cuál tuve que buscar rápidamente un post de reemplazo. Me pareció buena idea mostrar los ganadores del concurso del año pasado; de paso, me permitió compararlos con el mío y, después de un análisis autocrítico riguroso, mantuve la decisión de participar. Como podrán apreciar algunos son buenísimos. Para mi gusto, el mejor no lo eligió el público y no el jurado.
Primer lugar:
“La Mujer Que Saluda”
Elisa de Padua Nájera, 30 años, Ñuñoa
Yolanda es una mujer que saluda. Saluda a sus ex compañeras de colegio cuando las encuentra en el supermercado, saluda al señor que pide afuera de su oficina, saluda a todos los que se suben al ascensor. Yolanda no tiene pudor al saludar y te pide el email o el teléfono con una honesta intención. Un día saludó a un actor de televisión que se le cruzó en la calle y saludó a alguien sólo porque tenía cara de conocido. Yolanda pasa todos los días a saludarme a mí. Yo le digo que se le nota mucho lo talquina.
Segundo lugar:
“Me Gustan Las Películas Con Voz En Off”
Jennifer Navarro, 23 años, Rancagua
Imaginar que alguien explica mis actos cuando guardo silencio. Me gusta ponerme audífonos, cerrar los ojos, sentir que tengo mi propia banda sonora, y que el que está a mi lado es sólo un personaje de ésos sin nombre. Me gusta imaginar que al salir del vagón hay un mundo esperando, que cuando subo a la calle la cámara está fija mientras me alejo, que la gente pasa rápido y gris frente al lente. Yo, en cambio, le doy la espalda. Un paisaje sin mucho contraste, suena una guitarra, una voz áspera… No hay créditos, simplemente la imagen se desvanece.
Tercer lugar:
“”Igualdad”
María Teresa Bertucci, 20 años, Providencia
Al final del día, todos usamos las puertas del metro como espejo.
Premio al Talento Joven:
“Vacaciones”
Catalina Yáñez, 15 años, San Joaquín
El año que viene mi familia pretende ir a la luna. Mi madre me dijo que invitara a una amiga si quería, claro, para no aburrirme debe pensar ella. La verdad es que muy entusiasmada no estoy, no sé, nunca me ha gustado mucho salir del planeta, prefiero comer tallarines con salsa y queso. En fin, mi amiga dice que iría encantada, pero me cuenta que necesita un bikini nuevo, dicen que en la luna las mujeres son muy bellas, pero yo no creo. Hospedaremos en el Hotel Armstrong y viajaremos en Pullmanmoon (ojalá tenga baño). Llevaré un melón.
Premio Del Público:
Mi Increíble Papá”
Diego Guzmán, 21 años, Providencia
Premio Del Público:
Mi Increíble Papá”
Diego Guzmán, 21 años, Providencia
Vivo con mi papá en un pequeño departamento de Portugal con Avenida Matta. Trabaja todo el día y llega tarde a casa. Siempre anda con ojeras, pero sonríe cada vez que me ve. Me mete a la cama y se queda a mi lado contándome cuentos hasta que me duermo. Una noche fingí dormir y me levanté para ver qué hacía. Lo descubrí poniéndose su traje especial. Una peluca y maquillaje protegían su identidad secreta y en una cartera llevaba sus aparatos y artefactos. Así, enfundado en mallas, salía todas las noches. Mi papá es un superhéroe.
Menciones Honrosas
Menciones Honrosas
Cuidautos
Elizabeth Cárdenas, 32 años, Quilicura
Elizabeth Cárdenas, 32 años, Quilicura
Estaba en Merced con De La Barra cuando sucedió. Los semáforos se quedaron en rojo y los bocinazos se replicaron como campanas de iglesia. Desconozco el motivo, pero de un momento a otro las bocinas callaron y las personas de las micros y autos se bajaron y empezaron a caminar, alejándose, diciendo incoherencias. Se fueron sin más. Me quedé en la esquina viéndolos desaparecer y luego comencé a subir vidrios, apagar luces y motores. Activé alarmas y cerré puertas de micros, esperando que volvieran. Todavía mantengo todo limpio por si regresan, no quiero que noten los años que han pasado.
Gatos con Oficio
Max Valdés, 44 años, Quilicura
Max Valdés, 44 años, Quilicura
El gato la acompañaba siempre junto al canasto de los tejidos. La siesta la hacía sobre las faldas de la anciana. Sólo la abandonaba para ir a realizar sus necesidades fuera de la antigua casa. Una tarde la mujer mayor dejó de respirar. El gato tomó su lugar y, ya que había adquirido por años el buen oficio de tejer, continuó con un trenzado ovoidal y un trapecio zigzag en la parte delantera del chaleco.
Nadie Te Preguntó
Eduardo Ávila, 25 años, Coquimbo
“¿Sabías que el oso polar no es blanco? Es negro. No lo sabías, ¿cierto? Claro que no lo sabías”, me dijo un pequeño en el zoológico, burlesco, irritante, luciendo despectivo la insignia del grandioso colegio con el que su padre siempre soñó. Lo seguí hasta el foso del león. “¿Sabías que los leones comen niños?”. “Mentira, viejo ignorante”, respondió, mientras yo montaba su pequeña humanidad sobre mis hombros, arrojándolo a las fauces del animal e intentando esclarecer el dilema. “¡Éste es un caso excepcional!”, gritó el niño, siempre pedante, justo antes de que el animal alcanzara su frágil cuello.
Puente del Arzobispo
Eliana Castillo, 68 años, Providencia
Nadie Te Preguntó
Eduardo Ávila, 25 años, Coquimbo
“¿Sabías que el oso polar no es blanco? Es negro. No lo sabías, ¿cierto? Claro que no lo sabías”, me dijo un pequeño en el zoológico, burlesco, irritante, luciendo despectivo la insignia del grandioso colegio con el que su padre siempre soñó. Lo seguí hasta el foso del león. “¿Sabías que los leones comen niños?”. “Mentira, viejo ignorante”, respondió, mientras yo montaba su pequeña humanidad sobre mis hombros, arrojándolo a las fauces del animal e intentando esclarecer el dilema. “¡Éste es un caso excepcional!”, gritó el niño, siempre pedante, justo antes de que el animal alcanzara su frágil cuello.
Puente del Arzobispo
Eliana Castillo, 68 años, Providencia
He pasado el Puente del Arzobispo por más de seis décadas, esperando que en algún momento el viento se acuerde de levantarme la falda.
Sello
Rodrigo Yanzon, 33 años, San Bernardo
Rodrigo Yanzon, 33 años, San Bernardo
Primero fuimos al vertedero, posteriormente al Instituto Médico Legal, para terminar en la Posta Central. Sin dudas, ella era la indicada. Nadie en su sano juicio acepta ir a esos lugares como primera cita.
Transferencia (Proyecciones de una Niña Ambivalente)
Transferencia (Proyecciones de una Niña Ambivalente)
María Carolina Riveras, 21 años, San Bernardo
Se sentó junto a la muñeca. Examinó su cabello, sus ojos cerrados y, sobre todo, su sonrisa. Ésa que falsamente se le extendía sobre el rostro, como si en verdad no tuviera ganas de gritar, como si estuviese satisfecha y confortable en su turbulento mundo interno. La odió. Estaba harta de ella, de que amara lo que odiaba de manera intensa, de que deseara con fuerza aquello que al mismo tiempo repudiaba, de que fuera tan irracional y ambivalente. La arrojó por la ventana. A los 10 minutos fue a buscarla, porque la quería de vuelta.
Se sentó junto a la muñeca. Examinó su cabello, sus ojos cerrados y, sobre todo, su sonrisa. Ésa que falsamente se le extendía sobre el rostro, como si en verdad no tuviera ganas de gritar, como si estuviese satisfecha y confortable en su turbulento mundo interno. La odió. Estaba harta de ella, de que amara lo que odiaba de manera intensa, de que deseara con fuerza aquello que al mismo tiempo repudiaba, de que fuera tan irracional y ambivalente. La arrojó por la ventana. A los 10 minutos fue a buscarla, porque la quería de vuelta.
1 Comments:
Espero tengas éxito en tu participación.
¡Estaré atento!
Saludos.
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