Friday, July 18, 2008

UBU REY Y EL TEATRO DEL ABSURDO

"No sabemos crear de la nada, pero podríamos hacerlo desde el caos"

Alfred Harry (1873-1907) es el precursor del dadaísmo, del surrealismo y, esto es lo que me interesa recordar ahora, del Teatro del Absurdo. Entre el estreno de “Ubú Rey”, de Alfred Jarry, 10 de diciembre de 1896, y el de las primeras obras de Ionesco, Adamov, Beckett y Genet, transcurrieron cinco décadas, sin contar con que la obra de estos dramaturgos sólo pudieron consolidarse y ser aceptados por el público y la crítica en los años siguientes. Es correcto sostener, en consecuencia, que la historia del teatro del siglo XX, comienza con dicho estreno.
Para mostrar la originalidad de la obra de Jarry y su carácter precursor, bastará reproducir la primera escena del acto primero de “Ubú Rey”:
UBU REY, Acto I, escena I:

“Padre Ubú: ¡Mierdra!
Madre Ubú: ¡Oh! Muy bonito, Papá Ubú, sois un perfecto granuja.
Padre Ubú: ¡Mira que os mato a palos, Madre Ubú!
Madre Ubú: No es a mí, Padre Ubú, sino a otro al quién habría que asesinar…
Padre Ubú: Por mi candela verde, no comprendo.
Madre Ubú: Como Padre Ubú, ¿estáis contento con vuestra suerte?
Padre Ubú: Por mi candela verde, señora, por cierto que si, estoy recontento. No es para menos: capitán de dragones, oficial de confianza del rey Venceslao, condecorado con la orden del Águuila Roja de Polonia y ex rey de Aragón ¿qué más queréis?
Madre Ubú: ¡Cómo! ¿Luego de haber sido rey de Aragón os contentáis con llevar a los desfiles una cincuentena de rufianes armados de machetes, cuando podríais hacer que la corona de Polonia sucediera sobre vuestra cabeza a la de Aragón?
Padre Ubú: ¡Ah¡ Madre Ubú, no comprendo nada de lo qué dices!
Madre Ubú: ¡Eres tan tonto!
Padre Ubú: ¡Por mi candela verde, el rey Venceslao está todavía bien vivo. y aun admitiendo que muera ¿acaso no tiene legiones de hijos?
Madre Ubú: ¿Quién te impide asesinar a toda la familia y ponerte en su lugar?
Padre Ubú: ¡Ah¡ Madre Ubú, me injuriaís y vais apasar inmediatamente por la cacerola.
Madre Ubú: ¡Eh¡, pobre desgraciado, si yo pasara por la cacerola,¿quién te remendaría los fondillos?
Padre Ubú: ¡Bueno¡,¿y qué? ¿Acaso no tengo un culo como los demás?
Madre Ubú: Yo en tu lugar, desearía instalar ese culo sobre un trono. Podríais aumentar indefinidamente tus riquezas, comer butifarras muy a menudo y pasear en carroza por las calles.
Padre Ubú: Si yo fuera rey me encargaría una gran capellina como la que tenía en Aragón y que esos bribones de españoles me han robado impúdicamente.
Madre Ubú: Podrías también procurarte un paraguas y un gran gaban que te callera hasta los talones.
Padre Ubú: ¡Ah!, cedo a la tentación. Tunante de merdra; mierdra de tunantesi alguna vez llego a encontrarlo a solas, en un bosque, pasará un mal cuarto de hora.
Madre Ubú: ¡Ah¡, bravo, Padre Ubú, héte aquí hecho un verdadero hombre.
Padre Ubú: ¡Oh, no¡ ¡Yo, capitan de dragones asesinar al rey de Polonia¡ ¡Antes morir¡
Madre Ubú, aparte, ¡oh, mierdra¡ (En voz alta) Entonces, ¿seguirás siendo pobre como una rata, Padre Ubú?
Padre Ubú: Voto a bríos, por mi candela verde,prefiero ser pobre como una flaca y buena rata y no rico como un gato.
Madre Ubú: ¿y la capellada? ¿y el paraguas?¿y el gran gabán?
Padre Ubú: y bién ¿que, Madre Ubú? (se va dando un portazo)
Madre Ubú, sola: ¡Puah, mierdra, ha sido duro de pelar. Gracias a Dios y a mi misma, dentro de ocho días seré quizá reina de Polonia”(1).

“Ubú Rey” fue, en su origen, una farsa estudiantil para burlarse de un profesor de física. Antes de la representación de la obra, Jarry leyó “una presentación”, en la que advirtió al público: “Seréis libre de ver en el señor Ubú las múltiples alusiones que queráis, o un simple fantoche, la deformación por un alumno de uno de sus profesores, quien representa para él todo lo grotesco que hay en el mundo”. El personaje había evolucionado hasta entonces, en forma paralela a la del autor. El aporte de Jarry al nuevo teatro de los 50 tiene que ver con la puesta en escena, desde la escenografía a la iluminación, el vestuario, el maquillaje, las máscaras, las actitudes y gestos del actor, sus desplazamientos en el escenario y la narrativa escénica. Según Genevieve Serreau, “se trataba de estrangular, de una vez para siempre, lo verosímil en el teatro, negando la realidad del tiempo, mediante el uso sistemático de anacronismos, la realidad del espacio mediante una confusión, no menos sistemática, de lugares y, en último extremo, la realidad del hombre, reducido en escenas a siluetas con máscaras, de andares de autómata, voz monocorde y lenguaje rudimentario o chuscamente falseado” (2)
Falleció de meningitis a los 34 años, en 1907.

(1) Alfred Jarry: Ubú Rey, Ediciones Minotauro, Buenos Aires, 1957.
(2) Genevieve Serreau: Historia del “Nouveau Teathre, SigloXXI, México, 1967, pag. 15.

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