CUPIDO EN EL TERREMOTO DE CHILLAN
Salvador Allende, Radomiro Tomic y Jorge Alessandri, los dos primeros casados y el tercero soltero, compitieron, el 4 de septiembre de 1970, por la primera magistratura de nuestro país. Si le sorprendió la mención del estado civil de los candidatos, es porque no conoce el particular detalle, que impidió que dicha elección quedara registrada entre los records de “Guinness” o entre los “casos increíbles pero ciertos” de “Ripley. Este post trata de ese detalle.
Tengo a la vista un reportaje-entrevista que la periodista Erika Vexler hizo a Salvador Allende durante dicha campaña, publicada como separata de la revista “Ercilla”, del que transcribiré el siguiente párrafo: “En general, (Allende) no le teme a nada en la vida “ni siquiera a las mujeres” (vivía con cinco), pero les tiene pánico a los temblores. Y fue, precisamente, un sismo, que definió su vida sentimental:: conoció a su esposa la noche del terremoto de Chillán. Cosa curiosa, la misma noche conoció Radomiro (Tomic)a su esposa Olaya (Errázuriz). Hortensia Bussi asistía a una función de cine acompañada por un amigo cuando se produjo el terremoto. Salieron, pero luego regresó sola a buscar un par de guantes olvidados. Cuando volvió, su acompañante estaba conversando con Salvador Allende, a quién el terremoto hizo salir de la logia masónica contigua al cine Santa Lucía. Los tres fueron a tomar un café“.
En un reportaje de El Mercurio.com, del 24 de marzo de 2007, “El clan Tomic”, de Margarita Serrano, encuentro la confirmación de lo informado por Erika Vexler. “Tras el terremoto de Chillán, en 1939, Radomiro quedó a cargo de una oficina de auxilio que abrió la Falange. Apareció como voluntaria Olaya Errázuriz. Fue amor a primera vista. La siguió hasta Suecia, donde el padre de la joven era cónsul, y se casaron allá, en 1940”
Aunque no encontré en Internet ningún vínculo entre Jorge Alessandri y el terremoto de Chillán, es evidente que “don Jorge” o “el Paleta”, como lo llamaban sus partidarios y admiradores, no fue flechado por Cupido la noche del 24 de enero de 1939. No sería justo culpar al simpático dios del amor de la mitología romana, ya que el futuro Presidente de Chile tenía ya 43 años, buena pinta, un patrimonio suficiente y un prestigio “público y notorio”. Además no era masón, no le gustaba el cine y se acostaba temprano. Para colmo, y esto pudo ser decisivo, no temía a los temblores, mucho menos si estos se presentaban, descomedidamente, a las 23:32 hrs. Esta última cualidad le permitió afrontar dignamente, como Presidente de la República, el terremoto del 21 de mayo de 1960 y la dura réplica del día siguiente.
Habría sido genial, en un país tan fome como el nuestro, que Cupido hubiere vencido al ángel de la guarda de don Jorge y que éste, despavorido con el terremoto, hubiere bajado corriendo las escaleras del edificio de la Plaza de Armas, en que vivía, para aterrizar en los brazos de alguna de esas damas que suelen pasearse por el kilómetro cero de Santiago, a las 23:35 de la noche.
Tengo a la vista un reportaje-entrevista que la periodista Erika Vexler hizo a Salvador Allende durante dicha campaña, publicada como separata de la revista “Ercilla”, del que transcribiré el siguiente párrafo: “En general, (Allende) no le teme a nada en la vida “ni siquiera a las mujeres” (vivía con cinco), pero les tiene pánico a los temblores. Y fue, precisamente, un sismo, que definió su vida sentimental:: conoció a su esposa la noche del terremoto de Chillán. Cosa curiosa, la misma noche conoció Radomiro (Tomic)a su esposa Olaya (Errázuriz). Hortensia Bussi asistía a una función de cine acompañada por un amigo cuando se produjo el terremoto. Salieron, pero luego regresó sola a buscar un par de guantes olvidados. Cuando volvió, su acompañante estaba conversando con Salvador Allende, a quién el terremoto hizo salir de la logia masónica contigua al cine Santa Lucía. Los tres fueron a tomar un café“.
En un reportaje de El Mercurio.com, del 24 de marzo de 2007, “El clan Tomic”, de Margarita Serrano, encuentro la confirmación de lo informado por Erika Vexler. “Tras el terremoto de Chillán, en 1939, Radomiro quedó a cargo de una oficina de auxilio que abrió la Falange. Apareció como voluntaria Olaya Errázuriz. Fue amor a primera vista. La siguió hasta Suecia, donde el padre de la joven era cónsul, y se casaron allá, en 1940”
Aunque no encontré en Internet ningún vínculo entre Jorge Alessandri y el terremoto de Chillán, es evidente que “don Jorge” o “el Paleta”, como lo llamaban sus partidarios y admiradores, no fue flechado por Cupido la noche del 24 de enero de 1939. No sería justo culpar al simpático dios del amor de la mitología romana, ya que el futuro Presidente de Chile tenía ya 43 años, buena pinta, un patrimonio suficiente y un prestigio “público y notorio”. Además no era masón, no le gustaba el cine y se acostaba temprano. Para colmo, y esto pudo ser decisivo, no temía a los temblores, mucho menos si estos se presentaban, descomedidamente, a las 23:32 hrs. Esta última cualidad le permitió afrontar dignamente, como Presidente de la República, el terremoto del 21 de mayo de 1960 y la dura réplica del día siguiente.
Habría sido genial, en un país tan fome como el nuestro, que Cupido hubiere vencido al ángel de la guarda de don Jorge y que éste, despavorido con el terremoto, hubiere bajado corriendo las escaleras del edificio de la Plaza de Armas, en que vivía, para aterrizar en los brazos de alguna de esas damas que suelen pasearse por el kilómetro cero de Santiago, a las 23:35 de la noche.
1 Comments:
O sea... más le valió haber estado " operado" de los nervios.
(Ja,ja,ja)
Esto del ja,ja,ja, me recuerda el antiguo auditorium de Radio Minería que tenía tres indicativos electrónicos, que se utilizaban como viniese al caso.
APLAUSOS
RISAS
SILENCIO
Pura espontaneidad nomás.
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