Friday, July 10, 2009

ZUMO DE CEBOLLA

"Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación, cada día más difícil. El olor de la cebolla que comes me llega hasta aquí, y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche. Para que lo consueles, te mando esas coplillas que le he hecho, ya que aquí no hay para mí otro quehacer que escribiros a vosotros o desesperarme..."


Esta historia es conocida. Alberto Cortéz puso música al poema de Miguel Hernández “Nanas de la cebolla” y cada vez que la interpreta recuerda el fragmento de la carta que el poeta escribió a su esposa Josefina Manresa, desde la prisión de Torrijos en Madrid. Su primer hijo había fallecido en 1938. En 1939 nace su segundo hijo. En este año termina la guerra civil española y Hernández buscó refugio en Portugal, pero la policía portuguesa lo entregó a la Guardia Civil fronteriza. A partir de este momento, Miguel Hernández será trasladado de una cárcel a otra, en distintas ciudades, y muere en 1941, en la de Alicante, a los 31 años, a causa de una afección pulmonar.

La canción de Alberto Cortéz, que también ha interpretado Joan Manuel Serrat, trasunta el dolor y la angustia del poema. Estas son las “Nanas de la cebolla" y su dramática historia.



La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de ceboll
ase amamantaba.
Pero tu sangre,
escarcha de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma,
al oírtebata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol,
porvenir de mis huesos
y de mi amor.
La carne aleteante,
súbito el párpado,
y el niño como nunca
coloreado.
e remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
iempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes,
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego,
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

1 Comments:

Blogger esteban lob said...

¡Tremenda historia, Jorge, enmarcada en lindas pero patéticas frases!

2:51 PM  

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