COLLAGE DEL DESTINO

Solo faltaba despedirnos pero abrimos un paréntesis que tuvimos que cerrar conversando, y nos fuimos al bar. (“Desde que te perdí/ la vida me sonríe sin cesar,/tengo trabajo y mucha estabilidad/ hasta he trepado en la escala social”). “La conocí en el colegio. Era alegre y divertida. Recuerdo el primer día de clases; la profesora pasó lista ¡Mujíca Mujíca Regina! Ella contestó ¡Regina Mujica Mujica presente! El curso estalló en carcajadas. Nos hizo reír cuatro años”. Al oírla hablar de Regina no siento nada, sólo indeferencia. “A mi me hizo reír dos años, ahora es otro el que rie”.
Era su turno. Mientras la escuchaba imaginaba formas de prolongar este instante. Cuando concluyó su relato, ya estaba de su lado, incondicionalmente. ¿Te has preguntado alguna vez cómo el destino intervino tu vida? Un grupo de mujeres ingresó ruidosamente al recinto: Alguien tropezó con la silla de Carla, que cayó literalmente en mis brazos. Una risa dominaba el ambiente y la reconocimos en seguida. Entonces nos vio. Hicimos lo correcto, la ignoramos. Al salir escuchamos su risa pero ya no éramos los mismos. (“Como fue,/ no se decirte como fue,/ no se explicarme que paso/ ero de ti me enamore”).
1 Comments:
Excelente collage, Jorge.
Que sea un muy buen año para ti, Chiti e hijos.
Nunca está demás tener ramificaciones familiares en el sur, el centro y el norte. Tómenlo por ese lado y la distancia será más corta.
Un abrazo.
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