¿PRAT O ALLENDE?
Pese a sus evidentes falencias, la serie sobre grandes chilenos, de TVN, nos propone un listado de diez figuras de nuestra historia, representativas de nuestra cultura y que están instaladas en el alma o el corazón nacional. Se podría objetar que faltan nombres ilustres –agregaría a Bernardo O’Higgins, José Manuel Balmaceda, Emilio Recabarren, Clotario Blest o Raúl Silva Henríquez- pero no objetaría a ninguno. La ventaja que veo al método usado por TVN para seleccionarlos, es que no compromete a nadie, puesto que puedo votar las veces que quiera. De este modo, el resultado final carecerá de interés; en definitiva, no habrá un chileno más grande y la serie quedará rápidamente en el olvido. De este modo, nuestros amigos de derecha no tienen de que preocuparse, porque entre los diez seleccionados no haya uno sólo de esa corriente.
El hecho que Arturo Prat y Salvador allende ocupen, actualmente, los primeros lugares, me da la oportunidad para meditar sobre sus similitudes y diferencias. Siento a ambos muy cercanos. Mi hermano nació un 21 de Mayo y nuestros padres lo bautizaron con el nombre Oscar Arturo, como un homenaje familiar. Recuerdo de niño, cada 21 de Mayo como un día de celebración familiar, que comenzaba habitualmente radioteatros que nos narraban minuto a minuto, en tiempo real, los acontecimientos, hasta el hundimiento de la Esmeralda, el abordaje y la muerte de Prat y sus compañeros en la cubierta del Huáscar. La primera vez que voté en una elección presidencial, año 1964, lo hice por Salvador Allende y también en 1970. No sólo voté por Allende, también participé activamente en las campañas, como lo conté en un post anterior.
Arturo Prat y Salvador Allende ofrendaron sus vidas a la Patria, en aras de sus convicciones más profundas, en situaciones límites. Ambos pudieron rendirse al adversario y a su abrumador poderío bélico y preservar sus vidas, o intentar hacerlo, pero eligieron morir a claudicar. Ambos afrontaron la muerte de modo lúcido, convencidos de la validez de sus opciones. Se podrá argüir que en el caso de Prat, su abordaje a la muerte unió a los chilenos y que, en cambio, Allende los dividió y, más aún, que nos sigue dividiendo.
Antes que chileno soy un hombre. Como dice la ley, mi nacionalidad es un atributo de mi personalidad, no mi personalidad. En consecuencia, frente a todo evento, cualquiera sea su naturaleza, antes de tomar una posición, pregunto en que grado ese acontecimiento beneficia o afecta la dignidad inherente a la humanidad. Arturo Prat ofrendó a la Patria su vida en el marco de un caso bélico, en tanto chileno enfrentado con extranjeros, en un conflicto que ninguno de los combatientes había provocado y al que habían sido arrastrados por fuerzas o intereses cuyos rastros estaban aquella mañana en una nebulosa. Salvador Allende ofrendó una vida que había dedicado básicamente a la política, luchando por la dignidad de los chilenos más humildes y desvalidos, por la justicia social.
No votaré para elegir el chileno más grande de nuestra historia, pero si la alternativa fuere optar por alguno de los dos, lo habría hecho por Salvador Allende.
El hecho que Arturo Prat y Salvador allende ocupen, actualmente, los primeros lugares, me da la oportunidad para meditar sobre sus similitudes y diferencias. Siento a ambos muy cercanos. Mi hermano nació un 21 de Mayo y nuestros padres lo bautizaron con el nombre Oscar Arturo, como un homenaje familiar. Recuerdo de niño, cada 21 de Mayo como un día de celebración familiar, que comenzaba habitualmente radioteatros que nos narraban minuto a minuto, en tiempo real, los acontecimientos, hasta el hundimiento de la Esmeralda, el abordaje y la muerte de Prat y sus compañeros en la cubierta del Huáscar. La primera vez que voté en una elección presidencial, año 1964, lo hice por Salvador Allende y también en 1970. No sólo voté por Allende, también participé activamente en las campañas, como lo conté en un post anterior.
Arturo Prat y Salvador Allende ofrendaron sus vidas a la Patria, en aras de sus convicciones más profundas, en situaciones límites. Ambos pudieron rendirse al adversario y a su abrumador poderío bélico y preservar sus vidas, o intentar hacerlo, pero eligieron morir a claudicar. Ambos afrontaron la muerte de modo lúcido, convencidos de la validez de sus opciones. Se podrá argüir que en el caso de Prat, su abordaje a la muerte unió a los chilenos y que, en cambio, Allende los dividió y, más aún, que nos sigue dividiendo.
Antes que chileno soy un hombre. Como dice la ley, mi nacionalidad es un atributo de mi personalidad, no mi personalidad. En consecuencia, frente a todo evento, cualquiera sea su naturaleza, antes de tomar una posición, pregunto en que grado ese acontecimiento beneficia o afecta la dignidad inherente a la humanidad. Arturo Prat ofrendó a la Patria su vida en el marco de un caso bélico, en tanto chileno enfrentado con extranjeros, en un conflicto que ninguno de los combatientes había provocado y al que habían sido arrastrados por fuerzas o intereses cuyos rastros estaban aquella mañana en una nebulosa. Salvador Allende ofrendó una vida que había dedicado básicamente a la política, luchando por la dignidad de los chilenos más humildes y desvalidos, por la justicia social.
No votaré para elegir el chileno más grande de nuestra historia, pero si la alternativa fuere optar por alguno de los dos, lo habría hecho por Salvador Allende.
1 Comments:
Jorge:
Gracias por recordar que nací justamente un 21 de Mayo. Recuerdo que cuando era chico nuestra madre sostenía que había nacido a las once y algo de la mañana - según ella la hora en que la Esmeralda se había hundido. Esto aumentaba por supuesto cierto sentimiento en mi pecho de niño, creo que me enorgullecía, pensaba que en parte era yo medio responsable y partícipe de esta historia.
Me parece algo infantíl (también) esto de la TVN chilena de convocar al público a elegir (por votación, supongo haciendo clic en la WEB ) los chilenos destacados.
La experiencia enseña que la población de una nación cambia de opinión según la época y que sus cambios de opinión no son inocentes, más bien son manipulados, justamente por medios como la televisión (para no mecionar los blogs ya hay casos en que empiezan a influír también).
Más interesante sería convocar a la gente a entregar su opinión pero motivándola - con respeto, buen estilo y corazón - por ejemplo en la forma que lo haces tú.
A mi tanto Prat como Allende me han motivado.
Prat (una palabra catalana que significa prado) por los motivos que cuentas tú relacionados con la fecha de mi nacimiento.
Allende por el hecho de que fué el único (puede que haya otros casos de los cuales no estoy informado) que optó por el camino de dejar su vida hasta ahí, no queriendo tomar parte en lo que vendría después. Los demás, algunos protestarán ruidosamente, la verdad es que mayormente arrancamos como pudimos ante ese enemigo inmensamente superior que teníamos por delante.
Saludos, Oscar
Post a Comment
<< Home