EN LA FILA PARA PEDIR PERDON III

12 de junio de 2010: En la misa de cierre del año sacerdotal y frente a 15.000 religiosos, el Papa Benedicto XVI pidió perdón públicamente por el escándalo de los curas católicos abusadores de menores. El histórico hecho ocurrió en la Basílica de San Pedro, donde prometió hacer "todo lo posible" para evitar este tipo de actos. "Precisamente, en este año de alegría por el sacramento del sacerdocio, han salido a la luz los pecados de los sacerdotes, sobre todo el abuso a los pequeños, en el cual el sacerdocio, que lleva a cabo la solicitud de Dios por el bien del hombre, se convierte en lo contrario". Agregó más adelante: "Pedimos perdón insistentemente a Dios y a las personas afectadas, mientras prometemos que queremos hacer todo lo posible para que semejante abuso no vuelva a suceder jamás".

Las palabras del Sumo Pontífice fueron acogidas con beneplácito en todos los medios y organizaciones religiosas, aunque algunas asociaciones de víctimas demandaron anuncios más concretos: “son palabras sólidas, pero no acciones sólidas”. dijo uno de sus voceros.

Aunque es la primera vez que el Papa pide perdón por estos hechos, habría que recordar que su asunción al cargo importó, comparada con la de Juan Pablo II, un drástico cambio de actitud de la Iglesia ante el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, acusado de múltiples abusos sexuales, de mantener una relación de 25 años en México con una mujer, con la que tuvo dos hijos propios y uno adoptivo.
Sería sorprendente que una eventual pérdida de prestigio y de influencia de la Iglesia se originara en este tipo de acontecimientos y no en el descrédito de sus dogmas ante el incesante avance de las investigaciones científicas, que opone a la fe, información y conocimiento.