Sunday, January 18, 2009

ESPERANDO AL ZURDO


En las últimas semanas se recordó frecuentemente la crisis económica del año 1929 –la llamada Gran Depresión o crash financiero de Wall Street-, que se extendió por el mundo durante la década de los treinta y cuyas dramáticas consecuencias económicas, sociales y políticas son conocidas. Recuerdo dos obras que hablan de dicha crisis y de sus consecuencias: la novela, “Las uvas de la Ira”, de John Steinbeck y una obra de teatro, “Esperando al Zurdo” (“Waiting for the Lefty”), de Clifford Odets, estrenada en 1935, esto es, en plena crisis. “Esperando al Zurdo”, es la más popular de las obras de Odets, la que le hizo famoso. Se trata de la crónica de una huelga de trabajadores de una empresa de taxis, boicoteada por la patronal, que, en el intento de impedirla, no trepida en recurrir al asesinato.
Odets, de origen judío, nació en Nueva York, en el barrio del Bronx, en 1906; comenzó su labor como dramaturgo simultáneamente con el desarrollo de la crisis, que lo influyó profundamente. Estuvo vinculado a compañías teatrales independientes o experimentales, como la Theatre Guide y el Group Theatre, entre cuyos miembros se encontraban personalidades como Elia Kazan, que se inspiraba en el modelo de Stanislavski y del Teatro del Arte de Moscú. Se le considera, junto a Elmer Rice, como máximos exponentes del teatro proletario estadounidense. Sus dramas, representados durante aquellos años por el Group Theatre, mostraban un compromiso sociopolítico, que, al decir de sus críticos, rozaba el teatro propagandista, con una orientación ideológica de extrema izquierda.
Mencionare, al pasar, otras obras de Odets, antes de volver a “Wiating for the Lefty”: “Despiértate y canta” (1935), sobre la vida de los judíos pobres del barrio neoyorquino del Bronx, “Till the Day I Die” (1935), sobre el suicidio de un comunista alemán prisionero de los nazis, “Paradise Lost”, (1936), sobre la decadencia de una familia burguesa en el clima gris de la Depresión, “Golden Boy” (1937), sobre un violinista que se convierte en boxeador para garantizar su supervivencia económica, y “Rocket to the Moon” (1938), la historia de un matrimonio fracasado y de una banal evasión sentimental. Con “Night Music” (1940), “Clash by Night “(1941), “The Big Knife” (1948) y “The Country Girl” (1950), Odets abandona su temática social, por otra psicológica. Algunas de las obras fueron llevadas al cine. Escribió, además, guiones para películas, como “None but the Lonely Heart” (1944), que dirigió él mismo, y “The Sweet Smell of Success”, 1957, dirigida por Alexander Mackendrick.
La primera escena de “Esperando al Zurdo” es una asamblea sindical, que dirige Harry Fatt, que trata de disuadir a los trabajadores, que quieren ir a la huelga.

Fatt: Ustedes están tan equivocados que ya no me quedan ganas de reir. Any guy with eyes to read knows it. Cualquiera que tenga ojos para ver, lo sabe. Miren la huelga de los texties. ¿Qué paso? Salieron como leones y volvieron como corderos. Y vean el incidente de San Francisco; hambre y cabezas rotas. Los muchachos del acero también querían salir, pero ya cambiaron de idea. It's the trend of the times, that's what it is. Es la tendencia de la época, eso es lo que hay”. Tras suyo, hay seis o siete dirigentes y, con ellos, ¡un pistolero! (gunman), personaje que se muestra inquieto cada vez que desde la asamblea se alzan voces discrepantes.

En su arenga, Fatt les advierte que en el sindicato hay cuatro o cinco rojos… ”¿Qué diablos van hacer ellos por ustedes? Los van a sacar a la calle y se van a escapar en cuanto empiecen los líos Denles a estos pajarracos nada más la sombra de una oportunidad y ya van a llevar a todas sus hermanas y esposas a los prostíbulos, como hacen en Rusia…”. Y luego, “No podemos estar aquí toda la noche. I gave you the facts in the case. Yo ya les di todos los elementos del asunto. Y ustedes, muchachos, tienen que irse a casita donde les están -esperando la cena caliente”. La obra describe la toma de conciencia de los trabajadores, que en definitiva, se iran plegando a la lucha sindical. No hay tal cena caliente en casa, en los hogares ya no hay comida para todos los miembros de la familia, el dinero no alcanza, y ya da lo mismo morir de hambre o en la calle luchando por un mejor destino.

Los trabajadores esperarán en vano al Zurdo, su líder, pero a diferencia de Godot, de quién nada se sabe en definitiva, antes que termine la asamblea y se proclame la huelga, los asambleístas sabrán que ha sido asesinado por esbirros de la empresa.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Hola

Interesante crónica, Jorge. No conocía a Cliford Odets. Por lo visto escribió bastante teatro. Supongo que ahora vendrá un comentario sobre "Esperando a Godot". Ya la sugerencia de que Godot no existe, que deslizas en este comentario, da para una larga reflexión.

Salud, Oscar

2:57 AM  

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