Tuesday, May 27, 2008

EL ALMA DE LOS PERROS

Fotografía de sitio Evgen Kriksunov, de "englishrussia.com"

“¿Habéis visto alguna vez un perro triste,
flaco, sucio? ¿Un perro de esos que al pasar
os miran con gestos que tienen la actitud
de manos limosneras? Bueno, este era un
perro así. Pero tan triste, pero tan flaco,
pero tan sucio, que más que perro parecía
hombre.

Juan José de Souza Reilly : “El Alna de los perros"



En el Liceo Arturo Alessandri Palma, Nro. 8, donde cursé los seis años de “humanidades”, tuve como compañeros de curso a los mellizos Rubén y Rafael, que eran hijos de un joven juez que llegó a ser Presidente de la Corte Suprema, don Rafael Retamal. Sus hijos, ambos fallecidos de cáncer, prematuramente, eran desaplicados y desordenados, pero contaban con la complicidad del Rector del establecimiento que era, con los demás alumnos, severo y exigente.

Un día Rafael llegó a clases con el libro, “El alma de los perros” de Juan José de Soiza Reilly, (1880-1958) que era, supongo, de la biblioteca de su padre. Rafael me lo ofreció en venta y se lo compré, porque, aunque no lo conocía, me pareció interesante. Del autor no encontré información, salvo una nota en la "Historia de la Literatura de América Latina", de Luis Alberto Sánchez. Lo más interesante que encontré sobre el autor en internet fue un artículo escrito por Antonio Requena, “El cuarto de hora de Juan José de Soiza Reilly”. El escritor y periodista fue muy popular en Argentina como un precursor del periodismo radial, durante 30 años mantuvo un programa que consistía en charlas que duraban quince minutos y que concluían, cada vez, con la frase “Se acabó mi cuarto de hora”. Desafortunadamente el cuento que motiva estos recuerdos no está disponible en la red.

Traigo a colación este recuerdo de mi adolescencia, porque alguien me preguntó recientemente por mis cuentos preferidos. Mencioné, espontáneamente, algunos muy conocidos y populares, como “Autopista del Sur”, de Julio Cortázar o “Viaje a la semilla”, de Alejo Carpentier. Mencioné también otros dos cuentos menos conocidos como “La muchacha de La Guaira”, de Juan Bosch y “Jesucristo”, incluido en “El alma de los perros”, del que extraje el pórtico de éste post. No soy crítico literario sino un lector compulsivo y, en esta condición, digo que éste cuento me conmovió profundamente. El lenguaje que usa el autor es muy duro, la narración está llena de expresiones que revelan, sin ambages, la miseria, de estos seres, “que más que perros parecen hombres”. Es la historia de “Judas”, el perro flaco, triste, sucio, que cansado de sus miserias decide abandonar la ciudad para dirigirse al campo. En el trayecto se le unen otros canes que llegan de todas las latitudes. Todos sarnientos, enfermos, hambrientos, maltratados. Un día “Judas” se pone en movimiento y le siguen, incondicionales, miles de perros. Mantienen, sin embargo, una cierta cautela, le siguen a distancia, desconfiados. Cuando la comitiva llega a un poblado, “Judas” encuentra un niño en su camino que juega con la rama de un árbol. Al pasar a su lado, el niño la descarga en la cabeza del perro. “Judas” muere, ante la consternación, la incredulidad y la frustración de sus pares. Es el final de una ilusión, no hay esperanza, cada perro seguirá con su vida, asediados por la soledad, el hambre, las enfermedades. La solidaridad no existe. Una lectura intensa, impresionante. En el cuento la palabra “Jesucristo” esta escrita una vez, en su título.

Friday, May 23, 2008

LA NOSTALGIA Y EL CAMBIO

La Isla Utopía, ilustración de Ambrosii Holbein,
para la edición de 1518

“Un mapa del mundo que no incluye Utopía no es digno de echarle una mirada”
Oscar Wilde

Siempre supe que todo cambiaría con los años y así fue. Ya no soy el mismo hombre de los años 60, 70 o 90; pero también cambiaron mis parientes, mis amigos, mis vecinos, los barrios en que viví, la ciudad, el país. Y cambió el mundo. El dilema no era el cambio, en si mismo, sino su naturaleza, su sentido. El cambio estaba, desde siempre, en la esencia de todas las cosas; ese no era el tema que nos ocupaba en los años 60. La transformación que esperábamos, tenía que ver con los individuos (“el hombre nuevo”) y con la sociedad, es decir, el que nos habían anunciados nuestras respectivas utopías. El cambio, incluso el cambio que lo revolucionó todo, lo hicieron, sin embargo, los que, en la misma época, se oponían a todo cambio, en el que veían sólo amenazas. Los cambios los hicieron los mismos que los vienen haciendo desde la revolución industrial, los que nos proveen de mercaderías superfluas, innecesarias, pero que debemos adquirirlas con urgencia, como si en ello nos fuera la vida. No hubo un cambio en lo social, la sociedad es la misma; tampoco político; seguimos donde mismo, o, más bien, volvimos donde mismo, al momento en que se nos es permitido pensar que es posible un cambio, como el que nos interesaba. Pero ahora no contamos con utopías en las que pudiéramos confiar. Después de todo, también nosotros las hemos abandonado y se encogieron, se oxidaron, se apolillaron. Hoy, “ser” es sinónimo de “consumir”. Lo vital es “el consumo”, más bien “nuestro consumo”.

Tuesday, May 20, 2008

MUROS INTELIGENTES


Este blog ha recordado varias veces acontecimientos ocurridos durante la década de los 60. En estos días se cumplen 40 años de la rebelión de los estudiantes de Paris, en mayo de 1968, inicialmente en demanda de reformas universitarias, que se extendió rápidamente como una protesta contra las estructuras de poder, al sumarse sindicatos y movimientos políticos. Tengo a la mano dos libros que narran dichos acontecimientos, “La rebelión estudiantil”(1), con textos de sus líderes Danuel Cohn-Bebdit, Alan Geismar y Jean-Pierre Duteil, y “La imaginación al poder”, con textos de Cohn-Bendit, Jean Paul Sartre y Herbert Marcuse (2). Este recuerdo tiene sentido, como antecedente de la llamada “Revolución de los pingüinos”, el alzamiento de los estudiantes secundarios que entre abril y junio de 2006 puso en jaque las estructuras educacionales, derribo un Ministro, obligo al gobierno a modificar su agenda y forzó el reemplazo de la LOCE por una nueva Ley General de Educación, pendiente en el Congreso Nacional. El descontento estudiantil se mantiene porque el proyecto de ley en trámite no satisface las demandas originales de los estudiantes, lo que, en estos días, se ha traducido en nuevas protestas.

Como el aniversario que motiva este post ha sido recordado en todo el mundo, me quedare con uno de sus capítulos más novedosos. “En la imaginación al poder”, los editores publicaron por primera vez una recopilación de las consignas que los jóvenes escribieron en los muros de Paris. Estas consignas se difundieron por todo el orbe y han sido motivo de admiración. La recopilación se hizo bajo el título “Los muros hablan” que he modificado para resaltar el brillo de muchos de ellas, como la que da título. La transcripción que sigue es completa y sólo he omitido la mención al lugar físico donde fueron escritas.

He aquí, para los lectores más jóvenes, que acaso no conozcan su contenido.

“Prohibido prohibir. La libertad comienza por una prohibición."
"¡Viva la comunicación! ¡Abajo la telecomunicación!"
"Dios: sospecho que eres un intelectual de izquierda"
"Las paredes tienen orejas. Vuestras orejas tienen paredes"
"La barricada cierra la calle pero abre el camino"
"¡¡¡ Te amo !!! ¡Oh, díganlo con adoquines"
"Es necesario explorar sistemáticamente el azar"
"La acción no debe ser una reacción sino una creación"
"Somos todos judíos alemanes"
"Camaradas: proscribamos los aplausos, el espectáculo está en todas partes"
"El que habla del amor destruye el amor"
"Es necesario llevar en sí mismo un caos para poner en el mundo una estrella danzante (Nietzche)"
"Tomemos en serio la revolución, pero no nos tomemos en serio a nosotros mismos"
"Viole su alma mater"
"Cuando la asamblea nacional se convierte en un teatro burgués, todos los teatros burgueses deben convertirse en asambleas nacionales"
“No es el hombre, es el mundo el que se ha vuelto anormal (Artaud)"
"Todo el poder a los consejos obreros (un rabioso) Todo el poder a los consejos rabiosos (un obrero)"
"No es una revolución, majestad, es una mutación"
"El patriotismo es un egoísmo en masa"
"El acto instituye la conciencia"
"La burguesía no tiene más placer que el de degradarlos todos"
“La imaginación no es un don, sino el objeto de conquista por excelencia (Breton)"
"Pensar juntos, no. Empujar juntos, sí."
“Nuestra esperanza sólo puede venir de los sin esperanza."
"Los que tienen miedo estarán con nosotros si nos mantenemos firmes."
“Gracias a los exámenes y a los profesores el arribismo comienza a los seis años."
"Decreto el estado de felicidad permanente."
“Graciosos señores de la política: ocultáis detrás de vuestras miradas vidriosas un mundo en vías de destrucción. Gritad, gritad; nunca se sabrá lo suficiente que habéis sido castrados."
“Un solo week-end no revolucionario es infinitamente más sangriento que un mes de revolución permanente."
"Cambiar la vida. Transformar la sociedad."
"Heráclito retorna. Abajo Parménides. Socialismo y libertad."
"Contempla tu trabajo: la nada y la tortura forman parte de él."
"¡Franceses, un esfuerzo más! (Marqués de Sade)"
"La emancipación del hombre será total o no será."
"La novedad es revolucionaria, la verdad también."
"Queremos las estructuras al servicio del hombre y no al hombre al servicio de las estructuras. Queremos tener el placer de vivir y nunca más el mal de vivir."
"El arte ha muerto. Liberemos nuestra vida cotidiana."
"¡La pasión de la destrucción! Es una alegría creadora. (Bakunin)”
"La libertad es la conciencia de la necesidad"
"¡Abajo el orientalismo neo-exótico!"
"No me liberen, yo basto para eso."
"Un policía duerme en cada uno de nosotros, es necesario matarlo."
"La vida está más allá."
"Mis deseos son la realidad."
"Todo es dadá."
"Abraza a tu amor sin dejar tu fusil."
"Las jóvenes rojas cada vez más hermosas."
"Y sin embargo todo el mundo quiere respirar y nadie puede respirar; y muchos dicen 'respiraremos más tarde'. Y la mayor parte no mueren porque ya están muertos".
"La revuelta y solamente la revuelta es creadora de la luz, y esta luz no puede tomar sino tres caminos: la poesía, la libertad y el amor. (Breton)"
"La imaginación al poder."
"En los exámenes, responda con preguntas."
"Aprende a cantar la internacional."
"No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos."
"La acción permite superar las divisiones y encontrar soluciones. La acción está en la calle."
"Para poder discutir la sociedad en que se vive, es necesario antes ser capaz de discutirse a sí mismo."
"¡Viva la comuna!"
"El levantamiento de los adoquines de las calles constituye la aurora de la destrucción del urbanismo."
"Acumulen rabia."
"No hay pensamiento revolucionario. Hay actos revolucionarios."
"Olvídense de todo lo que han aprendido. Comiencen a soñar."
"Desabrochen el cerebro tan a menudo como la bragueta."
"Hay método en su locura. (Hamlet)"
"Lo sagrado: ahí está el enemigo."
"Yo jodo a la sociedad, pero ella me lo devuelve bien.
"Digo no a la revolución con corbata."
"Yo me propongo agitar e inquietar a las gentes. No vendo el pan, sino la levadura. (Unamuno)
"Abajo el realismo socialista. Viva el surrealismo."
"La voluntad general contra la voluntad del general."
"Exagerar, esa es el arma."
"Mutación lava más blanco que Revolución o Reformas."
"Cuanto más hago el amor, más ganas tengo de hacer la revolución. Cuanto más hago la revolución, más ganas tengo de hacer el amor."
"La poesía está en la calle."
"No queremos un mundo donde la garantía de no morir de hambre se compensa por la garantía de morir de aburrimiento."
"No se encarnicen tanto con los edificios, nuestro objetivo son las instituciones."
"Si lo que ven no es extraño, la visión es falsa."
"La belleza será convulsiva o no será. (Breton)"
"La sociedad es una flor carnívora."
"Empleó tres semanas para anunciar en cinco minutos que iba a emprender en un mes lo que no pudo hacer en diez años."
"Dejemos el miedo al rojo para los animales con cuernos."
"Proletario es aquel que no tiene ningún poder sobre el empleo de su vida y que lo sabe." "Un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre."
"Sean realistas: pidan lo imposible"
"Debajo de los adoquines está la playa".
"Consuma más, vivirá menos"
"¿Y si quemamos la Sorbona?"
"La sorbona será el Stalingrado de la Sorbona"
(1) Ediciones Era, 1969, México.
(2) Ediciones Inxurrexit, 1969, Argentina.

Friday, May 16, 2008

DONDE HALLAR NUESTRO LUGAR


El ojo, la mano. 1997. Serie "Los refugiados". Retrato de TM, joven refugiado de Zaire (Congo). Foto: Anabell Guerrero

John Berger (Londres, 1926) es otro de los grandes escritores contemporáneos. Inició su vida profesional como pintor y profesor de dibujo. Su adolescencia estuvo marcada por la segunda guerra mundial, que lo marcó profundamente. Fue alumno rebelde en la Escuela Central de Bellas Artes y trabajó al lado de figuras del calibre de Henry Moore. Su primera novela, 'Un pintor de nuestro tiempo', fue duramente criticada por su aparente simpatía con los dirigentes húngaros prosoviéticos. Años después optó por exiliarse en el continente europeo y actualmente divide su vida entre un suburbio parisino durante el invierno y un pueblo alpino en verano. Dentro de su extensa obra brilla con luz propia la trilogía 'De sus fatigas', una extendida meditación sobre el camino del campesino que cambia una pobreza por otra en la ciudad. Berger presenta su libro 'El tamaño de una bolsa', con estas palabras: "La bolsa en cuestión es una pequeña bolsa de resistentes. Una bolsa se forma cuando dos o más personas se ponen de acuerdo y se unen. Se unen para resistir contra un nuevo orden económico mundial que no puede ser más inhumano. Nos reunimos tú -el lector-, yo y todos aquellos de quienes se habla en los ensayos que contiene este libro. Y este intercambio refuerza inesperadamente nuestra convicción de que lo que está sucediendo hoy en el mundo es perverso y que las explicaciones que se nos suelen ofrecer al respecto son un montón de mentiras. Nunca he escrito un libro con mayor sensación de urgencia".

DONDE HALLAR NUESTRO LUGAR

John Berger

1

Alguien pregunta: ¿todavía eres marxista? Nunca antes ha sido tan extensa como hoy la devastación ocasionada por la búsqueda de la ganancia, según la define el capitalismo. Casi todo el mundo lo sabe. Cómo entonces es posible no hacerle caso a Marx, quien profetizó y analizó tal devastación. La respuesta sería que la gente, mucha gente, ha perdido sus coordenadas políticas. Sin mapa alguno, no saben a dónde se dirigen.

2

Todos los días, la gente sigue señales que apuntan a algún sitio que no es su hogar, sino a un destino elegido. Señales carreteras, señales de embarque en algún aeropuerto, avisos en las terminales. Algunos hacen sus viajes por placer, otros por negocios, muchos motivados por la pérdida o la desesperación. Al llegar, terminan por darse cuenta que no están en el sitio indicado por la señales que siguieron. Donde se encuentran tiene la latitud, la longitud, el tiempo local y la moneda correctos, y no obstante no tiene la gravedad específica del destino que escogieron.
Se hallan junto al lugar al que escogieron llegar. La distancia que los separa de éste es incalculable. Puede ser únicamente la anchura de un vía pública, puede estar a un mundo de distancia. El sitio ha perdido lo que lo convertía en un destino. Ha perdido su territorio de experiencia.
Algunas veces algunos cuantos de estos viajeros emprenden un viaje privado y hallan el lugar que anhelaban alcanzar, que a veces es más rudo de lo que imaginaban, aunque lo descubren con alivio sin límites. Muchos nunca lo logran. Aceptan los signos que siguieron y es como si no viajaran, como si se quedaran siempre donde ya estaban.
3

Los detalles en la imagen de esta página fueron tomados por Anabell Guerrero en el albergue de la Cruz Roja para refugiados y emigrantes en Sangatte, cerca de Calais y del túnel del Canal de la Mancha. Por órdenes de los gobiernos británico y francés el albergue fue cerrado recientemente. Varios cientos de personas se albergaban ahí, muchos de ellos con la esperanza de llegar a Gran Bretaña. El hombre de las fotografías --Guerrero prefiere no revelar su nombre-- proviene de Zaire.
Mes tras mes, millones abandonan su tierra natal. Se van porque no hay nada ahí, excepto su todo, que no ofrece lo suficiente para alimentar a sus niños. Alguna vez lo hizo. Esta es la pobreza del nuevo capitalismo.
Después de largos y terribles viajes, después de experimentar la bajeza de la que otros son capaces, después de llegar y confiar en su obstinada e incomparable valentía propia, los emigrantes se encuentran esperando en alguna estación extranjera de tránsito, y entonces lo único que les queda de su continente natal es su ser mismo: sus manos, sus ojos, sus pies, hombros, cuerpos, la ropa que usan y aquello con lo que se tapan por las noches para dormir debajo, ansiando techo.
Gracias a la imagen de Guerrero tenemos un testimonio de cómo los dedos del hombre son todo lo que queda de una parcela de tierra cultivada, sus palmas lo que queda del lecho de algún río; de cómo sus ojos son las reuniones familiares a las que no asistirá.
El retrato de un continente emigrante.
4

"Voy bajando las escaleras de una estación de metro para tomar la línea B. Está repleto aquí. ¿Dónde estás tú? ¿De veras? ¿Y cómo está el clima? Ya me tengo que subir al tren, luego te hablo..."
De las miles de millones de conversaciones por telefonía móvil que ocurren cada hora en las ciudades y suburbios del mundo, la mayoría, sean privadas o de negocios, comienzan con una declaración del paradero o ubicación aproximada de quien llama. La gente necesita de inmediato identificar con precisión dónde se encuentra. Es como si estuvieran perseguidos por la duda de que tal vez no estén en ninguna parte. Circundados por tantas abstracciones, tienen que inventar y compartir su localización transitoria.
Hace más de treinta años Guy Debord proféticamente escribió: "la acumulación de bienes de consumo producidos masivamente para el espacio abstracto del mercado, así como aplastó todas las barreras regionales y legales, y todas las restricciones corporativas de la Edad Media que mantenían la calidad de la producción artesanal, también destruyó la autonomía y la cualidad de los lugares".
El término clave del caos global actual es la dislocación, o la relocalización. Esto no se refiere únicamente a la práctica de mover la producción a donde quiera que la mano de obra sea más barata y las regulaciones, mínimas.
Contiene también el sueño demente de salirse de margen, propio del nuevo poder en funciones: el sueño de minar el estatus y confianza de todos los lugares fijos previos, de tal manera que el mundo entero sea un solo mercado fluido.
El consumidor es esencialmente alguien que se siente perdido (o a quien se le hace sentir perdido) a menos que consuma. Las marcas y logotipos de las mercancías son el sitio que nombra esa ninguna parte.
Otros signos que anuncian la Libertad y la Democracia, términos robados de periodos históricos previos, se usan también para confundir. En el pasado, fue una táctica común de quienes defendían su tierra natal contra los invasores el cambiar las señales camineras para que una que indicaba ZARAGOZA, apuntara en la dirección opuesta hacia BURGOS. Hoy no son quienes se defienden, sino los invasores extranjeros, los que invierten los signos para confundir a las poblaciones locales, para confundirlas acerca de quién gobierna a quién, acerca de la naturaleza de la felicidad, del alcance del quebranto o de donde ha de hallarse la eternidad. El propósito de estas direcciones falseadas es persuadir a la gente de que ser un cliente es la salvación última.
Sin embargo, a los clientes los define el sitio de su salida y su pago, no dónde viven y mueren.

5

Extensas áreas que alguna vez fueron lugares rurales las están convirtiendo en "zonas". Los detalles de este proceso varían según el continente: África, América Central o el sureste asiático. El desmembramiento inicial, sin embargo, siempre proviene de otra parte y es efectuado por los intereses corporativos que dan rienda suelta a su apetito de más y más acumulación, lo que significa apoderarse de los recursos naturales (peces en el Lago Victoria, madera del Amazonas, petróleo donde quiera que haya, uranio de Gabón, etcétera), sin importarles a quién pertenezca la tierra o el agua. La explotación resultante pronto exige aeropuertos, bases militares y paramilitares para defender lo que se chupan, y la colaboración de los mafiosos locales. Pueden ocurrir entonces la guerra tribal o intercomunitaria, la hambruna y el genocidio. La gente de tales "zonas" pierde todo sentido de residencia: los niños se vuelven huérfanos (aunque no lo sean), las mujeres se vuelven esclavas, los hombres, desesperados. Una vez que esto ocurre, restaurar sentido alguno de lo doméstico toma generaciones. Cada año tal acumulación prolonga esa ninguna parte, en tiempo y espacio.

6

Entretanto --y la resistencia política comienza con frecuencia en un entretanto-- la cosa más importante de aprehender y recordar es que aquellos que lucran del caos actual, con sus comentaristas incrustados en los medios, desinforman y mal encaminan todo el tiempo. Sus declaraciones y todos los términos saqueados que tienen tanta costumbre de usar no deberían argumentarse. Deben ser rechazados y abandonados. No llevan a nadie a ningún lado.
La tecnología de la información desarrollada por las corporaciones y sus ejércitos para poder dominar su ninguna parte con más velocidad, la usan otros como medio de comunicación a través del lugar de todos hacia el que luchan.
El escritor caribeño Edouard Glissant lo dice muy bien: "...para resistir la globalización no hay que negar la globalidad, sino imaginar que es la suma finita de todas las particularidades posibles y luego hacernos a la idea de que, mientras falte alguna particularidad, la globalidad no será lo que para nosotros debería ser".
Estamos estableciendo nuestros propios asideros, nombrando lugares, hallando poesía. Sí, en ese entretanto, debemos hallar la poesía. Dice Gareth Evans:

Mientras el ladrillo de la tarde/guarda el calor rosa del viaje
Mientras la rosa germina/un invernadero para respirar y florece como el viento
Mientras los esbeltos abedules/ murmuran sus historias/del viento a lo urgente en los camiones
Mientras las hojas de los setos/ guardan la luz el pensamiento del día/que perdieran
Mientras el cuenco de su muñeca/pulsa como el pecho/de un gorrión/en el aire ondulante
Mientras el coro de la tierra/encuentra sus ojos en el cielo/y los devela para uno/ y para otra en la rebosante oscuridad júntalo todo, querida 7

Su ninguna parte genera una conciencia del tiempo extraña, por no tener precedente. Tiempo digital. Continúa por siempre, ininterrumpido por días y noches, las estaciones, el nacimiento y la muerte. Tan indiferente como el dinero. Aunque, siendo continuo, es brutalmente singular. Es el tiempo del presente guardado aparte del presente y el futuro. En su interior sólo el presente tiene carga, los otros dos carecen de gravedad. El tiempo ya no es una matriz sino una única columna de unos y ceros. Un tiempo vertical sin nada que lo circunde, excepto la ausencia.
Lean unas cuantas páginas de Emily Dickinson y luego vayan a ver Dogville de Von Trier. En la poesía de Dickinson la presencia de lo eterno concurre en todas las pausas. Por el contrario, el film muestra inexorablemente lo que sucede cuando todo rastro de lo eterno es borrado de la vida cotidiana. Lo que pasa cuando todas las palabras y su lenguaje pleno se quedan sin sentido.
Con un solo presente, dentro del tiempo digital, no puede hallarse ni establecerse localización o ubicación alguna.

8

Tomaremos nuestras coordenadas de otro sistema temporal. Lo eterno, según Spinoza (que fuera el filósofo más querido de Marx) es ahora. No es algo que nos aguarde, sino algo que encontramos durante esos breves y no obstante intemporales momentos donde todo embona con todo y ningún intercambio es inadecuado.
En Hope in the Dark, un urgente libro de Rebecca Sonit, ella cita a la poeta sandinista Gioconda Belli, cuando describe el momento en que en Nicaragua derrocaron a la dictadura de Somoza: "dos días que fueron como si un encantamiento mágico ancestral nos hubiera cubierto, regresándonos al Génesis, al sitio exacto de la creación del mundo". El hecho de que Estados Unidos y sus mercenarios destruyeran después a los sandinistas no disminuye en medida alguna ese momento que existe en el pasado, el presente y el futuro.

9

A un kilómetro de distancia de donde escribo, hay un campo donde pastan cuatro burros, dos hembras y dos burritos. Son de una especie particularmente pequeña. Cuando las madres aguzan sus orejas ribeteadas de negro, me llegan a la altura del mentón. Los burritos, de unas cuantas semanas de edad, son del tamaño de unos perros terrier grandes, con la diferencia de que sus cabezas son casi tan grandes como sus costados.
Me brinco la barda y me siento en el campo apoyando la espalda en el tronco de un manzano. Ya tienen sus rutas propias por todo el campo y pasan por debajo de ramas tan bajas que yo tendría que ir a gatas. Me observan. Hay dos áreas en donde no hay pasto alguno, sólo tierra rojiza, y es en uno de estos anillos a donde vienen varias veces en el día a rodarse sobre su lomo. Primero las madres, luego los burritos. Éstos tienen ya una franja negra en los lomos.
Ahora se aproximan. El olor de los burros y el salvado --no el de los caballos, que es más discreto. Las madres rozan mi cabeza con sus quijadas. Son blancos sus hocicos. Alrededor de sus ojos hay moscas, mucho más agitadas que sus propias miradas interrogantes.
Cuando se quedan a la sombra, en el lindero del bosque, las moscas se marchan y pueden quedarse casi inmóviles por media hora. En la sombra del medio día, el tiempo se alenta. Cuando uno de los burritos mama (la leche de burra es la más semejante a la humana), las orejas de la madre se echan hacia atrás y apuntan a la cola.
Rodeado de los cuatro burros en la luz del día, mi atención se fija en sus patas, dieciséis de ellas. Son esbeltas, contundentes, contienen concentración, seguridad. (Las patas de los caballos parecen histéricas en comparación.). Estas son patas para cruzar montañas que ningún caballo se atrevería, patas para soportar cargas inimaginables si se consideran tan sólo las rodillas, las espinillas, las cernejas, los jarretes, las canillas, los cuartos, las pezuñas. Patas de burro.
Deambulan, con la cabeza baja, pastando, mientras sus orejas no se pierden de nada; los observo, con sus ojos cubiertos de piel. En nuestros intercambios, tal como ocurren, en la compañía de mediodía que nos ofrecemos ellos y yo, hay un sustrato de algo que sólo puedo describir como gratitud. Cuatro burros en un campo, mes de junio, año 2005.

10

Si, entre otras muchas cosas sigo siendo marxista.

www.lajornada.unam.mx

Sunday, May 11, 2008

¿DONDE ESTA DIOS, AUNQUE NO EXISTA?

El poeta Fernando Pessoa (1888-1935) es, probablemente, el escritor portugués más influyente del siglo XX. Pessoa nació y murio en Lisboa, pero vivió su infancia y juventud en la República de Sudáfrica, donde inició estudios de derecho. Regresó a Lisboa en 1905. Sus primeros trabajos literarios los hizo en inglés y sólo a partir de 1908 comenzó a escribir en portugués. Su obra es una de las más originales de la literatura portuguesa. Introdujo en Portugal los movimientos de vanguardia. Desde 1914 su obra se diversifica a través de tres heterónimos, esto es, poetas ficticios: Ricardo Reis, Álvaro de Campos y Alberto Caeiro, para los que inventó personalidades y estilos literarios distintos. La obra poética de Fernando Pessoa fue recogida después de su muerte en volúmenes publicados desde 1942.
¿DONDE ESTA DIOS, AUNQUE NO EXISTA?

Fernando Pessoa


"¿Dónde está Dios, aunque no exista? Quiero rezar y llorar, arrepentirme de crímenes que no he cometido, disfrutar de ser perdonado por una caricia no propiamente maternal. Un regazo para llorar, pero un regazo enorme, sin forma, espacioso como una noche de verano, y sin embargo cercano, caliente, femenino, al lado de cualquier fuego… Poder llorar allí cosas impensables, faltas que no sé cuáles son, ternuras de cosas inexistentes, y grandes dudas crispadas de no sé qué futuro…Una infancia nueva, un ama vieja otra vez, y una cama pequeña donde acabe por dormirme, entre cuentos que arrullan, mal oídos, con una atención que se pone tibia, de rayos que penetraban en jóvenes cabellos rubios como el trigo… Y todo esto muy grande, muy eterno, definitivo para siempre, de la estatura única de Dios, allá en el fondo triste y somnoliento de la realidad última de las cosas…Un regazo o una cuna o un brazo caliente alrededor de mi cuello…Una voz que canta bajo y parece querer hacerme llorar…El ruido de la lumbre en el hogar… Un calor en el invierno… Un extravío suave de mi conciencia… Y después, sin ruido, un sueño tranquilo en un espacio enorme, como la luna rodando entre estrellas…Cuando coloco en un rincón, con un cuidado lleno de cariño –con ganas de darles besos- mis juguetes, las palabras, las imágenes, las frases –¡me quedo tan pequeño y tan inofensivo, tan solo en un cuarto tan grande y tan triste, tan profundamente triste…! Después de todo, ¿quién soy yo cuando no juego? Un pobre huérfano abandonado en las calles de las sensaciones, tiritando de frío en las esquinas de la Realidad, teniendo que dormir en los escalones de la Tristeza y que comer el pan regalado de la Fantasía. De un padre sé el nombre; me han dicho que se llama Dios, pero el nombre no me da idea de nada. A veces, de noche, cuando me siento solo, le llamo y lloro, y me hago una idea de él a la que poder amar… Pero después pienso que no le conozco, que quizás no sea así, que quizás no sea nunca ese padre de mi alma…¿Cuándo se terminará todo esto, estas calles por las que arrastro mi miseria, y estos escalones donde encojo mi frío y siento las manos de la noche entre mis harapos? Si un día viniese Dios a buscarme y me llevase a su casa y me diese calor y afecto… Pero el viento se arrastra por la calle y las hojas caes en la acera… Alzo los ojos y veo las estrellas que no tienen ningún sentido… Y de todo esto apenas quedo yo, un pobre niño abandonado…Tengo mucho frío. Estoy tan cansado en mi abandono. Vé a buscar, oh Viento, a mi Madre. Llévame por la Noche a la casa que no he conocido…Vuelve a darme, oh Silencio, mi alma y mi cuna y la canción con que dormía. "

Friday, May 09, 2008

ASCANIO CORTES, ENTRE DOS CHILENAS


La decana de mis clientes es una chilena que cumplió 98 años y que, sin embargo, todavía se ocupa personalmente de sus negocios. Bastaría este solo hecho para justificar un homenaje, que reservaré para la celebración de su centenario. Se trata de doña Carmen Morales Salinas, la viuda de Ascanio Cortés, el primer futbolista chileno que triunfó en Argentina, defendiendo, literalmente, los coleres de River Plate.
Solo conocí una persona que lo vio jugar y que lo recordó como uno de los mejores futbolistas chilenos de todos los tiempos: el periodista Raúl Hernán Leppé, quién vivió largo tiempo en Buenos Aires y que trabajo para “El Gráfico”. Esta impresión es la misma que recogí en distintas fuentes que, como siempre ocurre, se retroalimentan recíprocamente, hasta que se erigen en leyendas en el imaginario colectivo de los pueblos.
Porque de eso se trata, Ascanio Cortés es una leyenda de nuestro deporte. Nació en Chuquicamata en 1914, pero, al poco tiempo, su familia se trasladó a Tocopilla, donde se inició en el deporte. En el año 1934 debutó en el fútbol profesional, en Audax Italiano, y desde el año siguiente, integró los seleccionados nacionales, hasta 1942, En 1936 Audax obtiene el titulo de campeón y, en 1937, asume la capitanía de la Selección. En 1939 es transferido a River Plate, donde jugó dos temporadas, integrando 'La Maquina'', el mítico elenco que Esteban Lob se sabe de memoria. Cuando leí su conformación en un sitio de River Play, pude recordar sólo tres nombres t, en todo caso, como seleccionados argentinos: Pedernera, Labruna y Loustau. Al fallecimiento de Ascanio Cortés, en el año 1998, el estadio municipal de Tocopilla fue bautizado con su nombre.

La leyenda popular atribuye la paternidad de la jugada llamada “chilena” a Ascanio Cortés. Jugaba como zaguero derecho. En un partido la valla de River Plate estaba batida, el balón había sobrado al arquero adelantado y el arco quedó desguarnecido. El defensa chileno se cruzó y, sin otra alternativa, de frente a su propio arco, se lanzó al aire, devolviendo la pelota por sobre su propio cuerpo, evitando el gol inminente. La jugada habría impresionado por su belleza y finura a la hinchada y a los medios que, en su homenaje, la bautizaron como “chilena”.
Así es conocida en todos los países de habla española, salvo México y Perú.

Sunday, May 04, 2008

DELACROIX, ELUARD Y LA LIBERTAD

La “Libertad guiando al pueblo”, (259 x 325 cm)
Eugene Delacroix. Museo del Louvre.
I
1830: EUGENE DELACROIX Y LA LIBERTAD

“He emprendido un tema moderno, una barricada, y si no he luchado por la patria, al menos pintaré para ella”. Eugene Delacroix.
Un movimiento revolucionario depuso al Rey Carlos X de Francia y llevó a Luis Felipe de Orleáns al poder. Los historiadores recuerdan ese alzamiento como las “tres gloriosas jornadas”, que se desarrollaron los días 27, 28 y 29 de julio de 1830. Eugene Delacroix no participó en la insurrección, pero pintó en su homenaje, ese mismo año, un lienzo, “La Libertad conduciendo al pueblo”. Vi este cuadro en el Museo del Louvre, con sincero recogimiento. En Chile, en esa época, luchábamos contra la dictadura de Pinochet y sabíamos de manifestaciones y protestas callejeras. Al ejecutar su obra, Delacroix optó por una alegoría de la libertad, encarnada en una mujer joven y sensual, que, bandera en mano, invita al espectador a unirse a la masa. El pueblo aparece representado por dos figuras, el burgués, de sombrero de copa, empuñando el fusil y un andrajoso. Un moribundo, a los pies de la Libertad, la mira fijamente, se adivina que, a su juicio, valió la pena morir por ella. Delacroix rindió tributo a un principio entrañable y no a un caudillo. Hizo bien, explica la actualidad de la obra. Luis Felipe de Orleáns fue depuesto por otro movimiento revolucionario, que tuvo los mismos protagonistas en las calles de Paris, en el año 1848.

II

1942: PAUL ELUARD Y LA LIBERTAD

Paul Eluard escribió el poema “Libertad”, en el año 1942, en plena segunda guerra mundial, cuando se encontraba en la clandestinidad, luchando contra la ocupación nazi. Como Delacroix, Eluard combatió desde su particular trinchera, la poesía. El poema es un grito de protesta y compromiso. Contribuyó a su fama la canción “Yo te nombro Libertad”, de Franco Pagliaro, inspirada en el poema. La canción tuvo una amplia difusión y tiene numerosos intérpretes, entre ellos, en Chile, Isabel Aldunate.


LIBERTAD

Paul Eluard
En mis cuadernos de escolar
en mi pupitre en los árboles
en la arena Y en la nieve
escribo tu nombre.

En las páginas leídas
en las páginas vírgenes
en la piedra la sangre y las cenizas
escribo tu nombre.

En las imágenes doradas
en las armas del soldado
en la corona de los reyes
escribo tu nombre.

En la selva y el desierto
en los nidos en las emboscadas
en el eco de mi infancia
escribo tu nombre.

En las maravillas nocturnas
en el pan blanco cotidiano
en las estaciones enamoradas
escribo tu nombre.
En mis trapos azules
en el estanque de sol enmohecido
en el lago de viviente lunas
escribo tu nombre.

En los campos
en el horizonte
en las alas de los pájaros
en el molino de las sombras
escribo tu nombre.

En cada suspiro de la aurora
en el mar en los barcos
en la montaña desafiante
escribo tu nombre.

En la espuma de las nubes
en el sudor de las tempestades
en la lluvia menuda y fatigante
escribo tu nombre.
En las formas resplandecientes
en las campanas de colores
en la verdad física
escribo tu nombre.

En los senderos despiertos
en los caminos desplegados
en las plazas desbordantes
escribo tu nombre.

En la lámpara que se enciende
en la lámpara que se extingue
en la casa de mis hermanos
escribo tu nombre.

En el fruto en dos cortado
en el espejo de mi cuarto
en la concha vacía de mi lecho
escribo tu nombre.

En mi perro glotón y tierno
en sus orejas levantadas
en su patita coja
escribo tu nombre.

En el quicio de mi puerta
en los objetos familiares
en la llama de fuego bendecida
escribo tu nombre.

En la carne que me es dada
en la frente de mis amigos
en cada mano que se tiende
escribo tu nombre.

En la vitrina de las sorpresas
en los labios displicentes más allá del silencio
escribo tu nombre.

En mis refugios destruidos
en mis faros sin luz
en el muro de mi tedio
escribo tu nombre.

En la ausencia sin deseo
en la soledad desnuda
en las escalinatas de la muerte
escribo tu nombre.

En la salud reencontrada
en el riesgo desaparecido
en la esperanza sin recuerdo
escribo tu nombre.

Y por el poder de una palabra
vuelvo a vivir
nací para conocerte
para cantarte Libertad.

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