Thursday, January 22, 2009

ESPERANDO A GODOT

En el año 1960 o 1961, Eduardo Trabucco me propuso editar una revista. Acepté de inmediato y le solicitamos a Jorge Arrate, entonces su Presidente, el patrocinio del Centro de Alumnos de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Luego, integramos un comité redactor con Fernando Alzate, Rodrigo Quijada y Hernán Rosenktanz, que, lamentablemente, falleció el año pasado en Londres. La revista se llamó “Ideario”, porque, según Eduardo Trabucco, en alguna época anterior, el Centro había tenido una revista con este nombre. No recuerdo cuanto tiempo se publicó, pero es posible que haya alcanzado los tres años y una docena de números.
Cuando preparaba las notas para el post “Esperando a Godot”, encontré en mi archivo el ensayo “Samuel Beckett, Profeta de la Desintegración”, de Hernán Rosenkranz, publicado en la revista “Ideario”, en el año 1961 (1)

Al publicar este trabajo de Hernán, le rindo un tributo de admiración y cariño, que le estaba debiendo y saludo afectuosamente a mis compañeros de “Ideario”, Eduardo, Fernando y Rodrigo y a Jorge Arrate Mac Niven, pre candidato a la Presidencia de la República. ¡Ojalá se enteren!

SAMUEL BECKETT, PROFETA DE LA DESINTEGRACION
“Entre tanto no pasa nada”
La prosapia judía de Samuel Beckett –obsesión mesiánica, iconoclastismo del lenguaje, concepción de la historia como salvación, se transparenta como el sustrato último cuando llega el momento de sacar cuentas sobre “En attendant Godot”, uno de los sucesos teatrales más grandes del siglo. Y resulta no menos sintomático y perturbador comprobar que el motivo de la “culpa”(tan presente en Beckett como la remota causa de la angustia humana) y la extraña idea de de la vida del hombre con sus coordenadas proyectadas hacia un punto que no es que no es sino un pozo ciego, se encuentran también a lo largo de la obra de otro judío genial, Franz Kafka, como si “ser judío” fuera una situación de la que hay que partir encontrar la actitud.

El descubrimiento del linaje nos lleva a una consecuencia insospechada: cualquier ensayo que nos propongamos sobre “Esperando a Godoy” será un ensayo al revés, no precisamente un examen de su calidad, sino una recreación del mismo, no solamente descubrir aguas profundas y sacarlas a la superficie, sino que ante todo, sacarlas en un punto de la superficie; todo descubrimiento es en fondo, invención.
El argumento de “Esperando a Godoy” es más bien simple: en un camino descampado, hacia el atardecer Vladimiro y Estragón esperan a Godoy. Es una Es la crónica interminable de una espera que adquiere dimensiones de eternidad. “Entretanto no pasa nada”, comenta Estragón; ese “no pasa nada” es lo peor que puede pasar: el instante se enmascara en una eternidad vacía y tediosa. ¿Cuál es el sentido de esta espera? ¿Quién es ese misterioso señor Godot, por cuya espera Vladimiro y Estragón postergan su suicidio, y entre tanto “no pasa nada”
Hay una segura contradicción entre buscar el sentido de la espera, y demostrar que ese sentido significa que ni la espera, ni la vida, ni la historia tienen sentido. Sin duda por eso un prologuista, Pedro Barceló, ha dicho “Es peligroso, inconveniente quizá, intentar una explicación de “En attendant Godot”. Caben, si, búsquedas de matices desciframiento de algunas claves. Pero Godot está explicado en si mismo. No hay enigma, ni secretísimas simbologías… se está esperando, Vladimiro y Estragón están a Godot, y lo que importa dramáticamente es esa espera. Es inobjetable la observación de que “Esperando a Godot” carece de sentido, pero esa misma carencia significa al fin una razón de ser, que es lo que se tratará de dilucidar (sin duda, torpemente) en el presente ensayo.

La inocencia culpable

Al principio de “Esperando a Godot”, se desarrolla el siguiente diálogo:
Vladimiro: ¿Y si nos arrepintiéramos?
Estragón: ¿De qué?
Vladimiro: Pues … no hace falta entrar en detalles
Estragón: ¿De haber nacido?

Culpable de haber nacido, la tradición judeo-cristiana inscribe en las frentes de Vladimiro y Estragón el pecado original, hereditario o el inherente a la naturaleza física del hombre. . Pero nosotros entendemos otra cosa, vemos una veta más rica, más profunda, más oculta. La frase “¿De haber nacido? Presenta galerías, subterráneos, , vertientes, fisuras: “¿De haber nacido …judíos?”, ahí está el resorte invisible de la culpa. Se alegará que no es una culpa que les corresponde, y estaremos de acuerdo; lo que nos llama la atención es precisamente, la inversión de sentido que ordinariamente se ha dado a la culpa. . Definir la culpa como el pecado que se comete voluntariamente es una incongruencia, es como accidentarse queriéndolo. Los culpables son siempre inocentes. No puedo sentir culpa por aquello que he querido, la culpa es un accidente que pasa, que padezco, que me posee; los díos padecieron de accidente la culpa de haber nacido judíos.

Parece que el mundo, en alguna parte, tiene un gran patrimonio de culpas. Gordiflones y llenos de sangre como zancudos que cuelgan de los techos. No se nos escapa la ambigüedad de la cuestión; cuál es la procedencia de esas culpas y quién las reparte. Como pensamos tomar este problema como el motivo de un próximo ensayo, se nos permitirá especular a partir de un hecho primordial: Estragón y Vladimiro pacientes de la culpa de haber nacido y es conveniente que se arrepientan.
El nazismo aclaró un punto: La existencia (del judío) es culpable, innecesaria, , nauseabunda, malsana. ¡Que mayor mal que el haber inquietado el reposo cósmico del vacío! ”Mira esta basura. ¡Nunca me he movido de ella!

La obsesión mesiánica

Dice Vladimiro: “¿Qué hacemos aquí?”, es lo que tenemos que preguntarnos. Tenemos la suerte de saberlo. Si, en medio de esta inmensa confusión, una sola cosa esta clara: esperamos que venga Godot.

Para los judíos el tiempo aún no ha sido consumado y su destino parece ser la larga espera de un Mesías que no llega nunca. De un Salvador, que más que salvarnos, salvará nuestra radical absurdidad.
“Vladimiro: Mañana nos ahorcaremos (pausa) a no ser que venga Godot
Estragón; ¿Y si viene?
Vladimiro: Estaríamos salvados.

Pero no resuenan los ecos de una espera dichosa (no hay precisamente esperanza), por que más que una esperanza de Godot, se trata de una des-espera de Godoy, la larga agonía de dos existencias corpusculares en desespera de Godot (Dios). La espera mesiánica del pueblo judío encierra el horrible equívoco de una desesperación de Dios.

El racionalismo de Lucky
Samuel Beckett busca el metalenguaje más allá de las rígidas leyes de la lógica, más allá de las posibilidades del lenguaje estructurado. La estructura es mutilación, la palabra es una trampa: por eso vivimos entrampados. La liberación está en la desintegración del lenguaje. El horrible raciocinio de Lucky es un ejemplo de un lenguaje descuartizado, pétreo, donde cada palabra se vuelca sobre si misma para opacarse, espesarse, bloquearse, deja de ser trampa para convertirse en suprema aniquilación: “Dada la existencia, tal como surge de los recientes trabajos públicos de Fincon y Wattman de un Dios personal…!cua-cuá!…!cua-cuá!….. de barba blanca….!cuá-cuá!... fuera del tiempo, del espacio, que desde lo alto de su divina apatía, su divina atambia, su divina afasia, nos ama mucho, con algunas excepciones, no se sabe porqué, pero eso llegará y sufre tanto como la divina, mirando con aquellos que no se sabe por qué, pero se tiene tiempo en el tormento en el tormento en el tormento, los fuegos, cuyos fuegos, las llamas a poco que duren todavía un poco y quién puede dudar todavía incendiarán al fin las vigas a saber llevarán el infierno a las nubes tan azules por momentos aún hoy y tranquilas…”
Vemos en el raciocinio de Lucky una razón carente de control, aunque se tenga o no la ilusión de él. . Aristóteles nos enseño el orgullo de la razón. ¡Pues bien, ahí esta el raciocinio humano, con sus oropeles, sus galas, sus trompetas al viento!
El raciocinio sólo ha abierto la tumba final de la espera., donde irán a blanquear sus propios huesos sólo han podido convenir las condiciones de su entierro. Pensar es justificar, pensar es descubrir causas y fines, no encontrando la justificación, el raciocinio se ha mordido la cola.
“Vladimiro: ¡Oh, no es eso lo peor desde luego.
Estragón: Entonces ¿qué?
Vladimiro: Haber pensado.
Estragón: Evidentemente.
Vladimiro: Habríamos podido no hacerlo.
El tiempo-pantano
Si hasta acá todo el teatro ha sido “pasado tiempo”, “Esperando a Godot” es un entretanto, no pasa nada; que Vladimiro y Estragón ansían que pase. El tiempo aparece en bruto, sin pulir, macizo, mineral, del cuál la primera falsedad es cronologarlo, en días, meses, años, eras. Vladimiro pregunta a Pozzo cuando se volvió ciego, cuando Lucky enmudeció, a lo que Pozzo responde, repentinamente furioso ”No ha terminado de envenenarme con sus historias de tiempo! Es insensato! “Cuando! “Cuando”, un día, ¿no le basta? Un día como los demás se volvió mudo, un día me volví ciego, un día nos volveremos sordos, un día nacimos, un día moriremos, el mismo día, el mismo instante. ¿No le basta eso?”.

Todo se hunde en el tiempo-pantano, cenagoso, estancado. Estragón no se acuerda lo que ha sucedido el día anterior, el tiempo pantano todo lo devora, , sin dejar rastros. La existencia desnuda.

La falta de intriga, de peripecias, que hay en “Esperando a Godot” tiene por objeto designar la existencia en toda su horrible desnudez, en todo su horrible e indecente vacío, el “entretanto no pasa nada” y los ojos de ciegos de Pozzo dan la sensación de vacío ontológico que la existencia visceral de Vladimiro y Estragón requieren. DiceVladimiro: “Lo evidente es que el tiempo en estas condiciones, pasa despacio y nos lleva a llenarlo con acciones, que, ¿cómo diría?, a primera vista pueden parecer razonables, y a las cuales estamos acostumbrados. Me dirás que es para impedir que nuestra razón se nuble. De acuerdo. Pero he aquí lo que me pregunto a veces, ¿no anda ya errante en la continua noche de los grandes abismos?”

La desintegración culmina con Samuel Beckett: Estragón y Vladimiro arrastran una existencia moribunda e inútil, el lenguaje es descuartizado; el tiempo-pantano semeja una pura consumación; la espera confiada y alegre es reemplazada por una total desesperación de Dios. Sólo la noche larga se encuentra al final de la espera.

(1) No conservo la revista, sólo el artículo. En la primera línea, separado por una franja horizontal, hay tres datos: a la izquierda, el número de la página (14 y 15), al centro, el nombre de la revista, y, a la derecha, el año. Por eso se que se publicó en 1961. En la pag. 13, se publicó el poema “El último poema”, de César Barrenechea, hijo del poeta Julio Barrenechea y hermano de Aura, a quién no veo hace años. En la pag. 16, se publicó un artículo humorístico de Eduardo Trabucco, “Los colores”. Este hallazgo me permite suponer que conservo otros artículos de la revista. Mi archivo personal, que comencé de niño y que abandoné cuando Internet lo hizo innecesario, es voluminoso: Supongo que algún día mis herederos, entre protestas, lo botarán a la basura. “Entre tanto no pasa nada”.

Sunday, January 18, 2009

ESPERANDO AL ZURDO


En las últimas semanas se recordó frecuentemente la crisis económica del año 1929 –la llamada Gran Depresión o crash financiero de Wall Street-, que se extendió por el mundo durante la década de los treinta y cuyas dramáticas consecuencias económicas, sociales y políticas son conocidas. Recuerdo dos obras que hablan de dicha crisis y de sus consecuencias: la novela, “Las uvas de la Ira”, de John Steinbeck y una obra de teatro, “Esperando al Zurdo” (“Waiting for the Lefty”), de Clifford Odets, estrenada en 1935, esto es, en plena crisis. “Esperando al Zurdo”, es la más popular de las obras de Odets, la que le hizo famoso. Se trata de la crónica de una huelga de trabajadores de una empresa de taxis, boicoteada por la patronal, que, en el intento de impedirla, no trepida en recurrir al asesinato.
Odets, de origen judío, nació en Nueva York, en el barrio del Bronx, en 1906; comenzó su labor como dramaturgo simultáneamente con el desarrollo de la crisis, que lo influyó profundamente. Estuvo vinculado a compañías teatrales independientes o experimentales, como la Theatre Guide y el Group Theatre, entre cuyos miembros se encontraban personalidades como Elia Kazan, que se inspiraba en el modelo de Stanislavski y del Teatro del Arte de Moscú. Se le considera, junto a Elmer Rice, como máximos exponentes del teatro proletario estadounidense. Sus dramas, representados durante aquellos años por el Group Theatre, mostraban un compromiso sociopolítico, que, al decir de sus críticos, rozaba el teatro propagandista, con una orientación ideológica de extrema izquierda.
Mencionare, al pasar, otras obras de Odets, antes de volver a “Wiating for the Lefty”: “Despiértate y canta” (1935), sobre la vida de los judíos pobres del barrio neoyorquino del Bronx, “Till the Day I Die” (1935), sobre el suicidio de un comunista alemán prisionero de los nazis, “Paradise Lost”, (1936), sobre la decadencia de una familia burguesa en el clima gris de la Depresión, “Golden Boy” (1937), sobre un violinista que se convierte en boxeador para garantizar su supervivencia económica, y “Rocket to the Moon” (1938), la historia de un matrimonio fracasado y de una banal evasión sentimental. Con “Night Music” (1940), “Clash by Night “(1941), “The Big Knife” (1948) y “The Country Girl” (1950), Odets abandona su temática social, por otra psicológica. Algunas de las obras fueron llevadas al cine. Escribió, además, guiones para películas, como “None but the Lonely Heart” (1944), que dirigió él mismo, y “The Sweet Smell of Success”, 1957, dirigida por Alexander Mackendrick.
La primera escena de “Esperando al Zurdo” es una asamblea sindical, que dirige Harry Fatt, que trata de disuadir a los trabajadores, que quieren ir a la huelga.

Fatt: Ustedes están tan equivocados que ya no me quedan ganas de reir. Any guy with eyes to read knows it. Cualquiera que tenga ojos para ver, lo sabe. Miren la huelga de los texties. ¿Qué paso? Salieron como leones y volvieron como corderos. Y vean el incidente de San Francisco; hambre y cabezas rotas. Los muchachos del acero también querían salir, pero ya cambiaron de idea. It's the trend of the times, that's what it is. Es la tendencia de la época, eso es lo que hay”. Tras suyo, hay seis o siete dirigentes y, con ellos, ¡un pistolero! (gunman), personaje que se muestra inquieto cada vez que desde la asamblea se alzan voces discrepantes.

En su arenga, Fatt les advierte que en el sindicato hay cuatro o cinco rojos… ”¿Qué diablos van hacer ellos por ustedes? Los van a sacar a la calle y se van a escapar en cuanto empiecen los líos Denles a estos pajarracos nada más la sombra de una oportunidad y ya van a llevar a todas sus hermanas y esposas a los prostíbulos, como hacen en Rusia…”. Y luego, “No podemos estar aquí toda la noche. I gave you the facts in the case. Yo ya les di todos los elementos del asunto. Y ustedes, muchachos, tienen que irse a casita donde les están -esperando la cena caliente”. La obra describe la toma de conciencia de los trabajadores, que en definitiva, se iran plegando a la lucha sindical. No hay tal cena caliente en casa, en los hogares ya no hay comida para todos los miembros de la familia, el dinero no alcanza, y ya da lo mismo morir de hambre o en la calle luchando por un mejor destino.

Los trabajadores esperarán en vano al Zurdo, su líder, pero a diferencia de Godot, de quién nada se sabe en definitiva, antes que termine la asamblea y se proclame la huelga, los asambleístas sabrán que ha sido asesinado por esbirros de la empresa.

Sunday, January 11, 2009

ESPERANDO LA CARROZA

El actor Antonio Gasalla, en el rol de Mamá Cora



De acuerdo con informaciones de sitios argentinos, durante marzo o abril de 2009, se estrenará la segunda parte de “Esperando la carroza”, 1985, una de las comedias más exitosas y recordadas del cine latinoamericano, dirigida por Alejandro Doria, basada en la obra del dramaturgo uruguayo Jacobo Langsner, nacido en 1927, quién está a cargo de la nueva versión. Se trata de una comedia costumbrista, que narra las peripecias de una típica familia rioplatense, cuando desaparece, inesperadamente, Mamá Cora, representada genialmente por el actor Antonio Gasalla. La confusión de los protagonistas no se extiende al espectador, que sabe, desde el principio, donde y en qué está la encantadora anciana.

Antes de enterarse de la desaparición de Mamá Cora, sus hijos y nueras disputaron amargamente sobre la custodia de la anciana. Mamá Cora vive en la casa de Jorge, su hijo mayor y el más pobre, que está casado con Susana y tienen un hijo recién nacido. Susana esta a punto de enloquecer a causa de las tropelías de su suegra y su bebé, que llora todo el tiempo. Susana, en medio de una crisis histérica, ruega y exige a sus cuñados que se hagan cargo de su suegra, al menos por un tiempo, mientras recobra sus fuerzas. Su marido es un pusilámine, incapaz de tomar decisiones. Antonio, el hijo próspero -todo indica que su dinero es sucio- está casado con Nora, una mujer atractiva y casquivana, que se considera a si misma superior, más educada y de mejor status social, evidentemente falso, que no trepida en engañar a su esposo con Sergio, su cuñado; éste último está casado con Elvira, una mujer manipuladora e hipócrita, magistralmente interpretada por China Zorrilla. Las dos parejas tienen motivos suficientes para eludir la responsabilidad que Susana pretende endosarles.

El conflicto no ha sido resuelto, cuando los personajes se enteran de la inesperada desaparición de Mamá Cora y, más tarde, del hallazgo de su cadáver. En ese momento se producirá un giro; ahora, hijos y nueras disputarán brutalmente respecto del lugar donde velar sus restos. Así, Jorge y Susana son privados del derecho de recibir a Mamá Cora, muerta, en su casa, donde vivió sus últimos años.

En su época, vimos muchas veces, en familia, el video de la película, y se nos quedaron grabadas frases como “yo hago puchero, ella hace puchero, yo hago ravioles, ella hace ravioles”, que mi esposa recuerda cada vez que prepara ravioles.

En Youtube hay varias escenas de la película, que he visto en estos días, mientras preparaba este post. En Internet encontré la reproducción de algunos de los parlamentos de la obra:

Matilde: (Es la hija de Elvira y Sergio, esta desnuda, envuelta en una toalla, tuvo que salir del baño, no hay agua, contesta el teléfono) Hola?? Ah si... MAMÁAAAAA!! es la hinchapelotas de al lado
Sergio: calláte idiota, te va a oir...
Elvira (a Matilde): andá a buscar el agua de los ravioles. Nos cortaron el agua esta mañana, menos mal que la charlatana de al lado me imita en todo, yo hago puchero... ella hace puchero, yo hago ravioles... ella hace ravioles!!!!
Sergio: Elvira.. el teléfono!
Elvira: Ay Dios mío, habrá oído? Ay Dios! que no haya oído.... Hola???.... oyó!!! Pero que criatura estúpida!!!¿Quién te enseño a dejar el teléfono descolgado??
Matilde: nadie! aprendí sola!!
Elvira: Minúsvalida mental!
Antonio y Sergio van a la casa de Emilia, la cuarta hija de Mamá Cora, con la esperanza que ésta tenga noticias de la madre. La mujer vive en la indigencia, es viuda y tiene un hijo retrasado mental, al que molestan los niños de la barriada.
Antonio regresa a su automóvil y dice a Sergio:
Antonio: Sabés que tenían para comer? (sujetando una empanada en la mano)
Sergio: ¿Empanadas?
Antonio: 3 empanadas que les sobraron de ayer para dos personas, (le da un mordisco a la empanada que trae consigo) ¡Qué miseria, che!
Antonio y Sergio hacen la denuncia ante la policía de la desaparición de Mamá Cora:
Policía: ¿Nombre?
Sergio: Mamá Cora
Antonio: ¡Dolores!
Sergio: ¡Ana María!
Antonio: De los Dolores
Sergio: Buscaroli
Antonio: de Musicardi. ¿Qué dije yo?
Policía: Perdón, ¿Por qué dijo primero Mamá Cora?
Antonio: No, porque de chiquita le dicen así lo padres, los hermanos, todo el mundo le dice así y ahora los hijos
Policía: Ana María de los Dolores Buscaroli de Musicardi. ¿Edad?
Sergio (mirando a Antonio): ¿80?
Antonio (mirando a Sergio): Y, por ahí.
Policía: ¿Cómo, por ahí? Tengo que poner la edad justa
Sergio: ¿Qué diferencia hay entre 75 u 80 años?
Antonio: Debe tener …. 77, 78. Me parece.
Sergio: Si quiere llamo a mi mujer y le pregunto.
Antonio: Jorge debe saber.
Policía: Dejá, pongo edad indeterminada
Antonio: Tirando a vieja.

La sorda es una anciana, amiga de Mamá Cora, que informada de la desgracia, quiere verla, por última vez:
La sorda: Dónde está mi amiga??
Elvira: Lo que nos faltaba, la sorda!!
La sorda: Dónde está mi amiga??
Elvira: La que está ahí adentro es una húngara, bah! Para que le voy aexplicar, es sorda!... Tiene ganas de llorar un ratito... vaya y dése el gusto!

Wednesday, January 07, 2009

ESPERANDO NACER

Monumento a la Maternidad (Jerez, España)

No tengo frio ni calor
Todo va bien y creciendo estoy
No tengo hambre ni preocupación
Y siento un gran amor

En mi familia, en estos días, tuvimos la confirmación de una noticia que nos alegró. María Cristina está esperando su segundo hijo. Y como no estar felices, si todo nacimiento de un hijo o un nieto es un momento estelar en una familia, momentos que recordaremos y celebraremos, mientras vivamos…

Mi padre y mi madre están esperándome
Tienen ideas para mí
Que yo quisiera todas compartir
Más hoy presiento que estaría bien
Que me quedara aquí.

Cuando un hijo o un nieto está por nacer quisiéramos tener todo el poder para garantizarle su bienestar, desarrollo y crecimiento, proveer sus necesidades, asegurar su felicidad…

Será un ingeniero dice el abuelo,
Un gran arquitecto sería perfecto,
Y si es un artista, ¡que horror un bohemio!
Mejor una niña que cumpla mis sueños,
Que siga la huella de Jesús Nazareno
no mejor empresario será millonario,
Un doctor famoso un físico loco
Y yo solo quiero aprender a respirar.
Sin embargo, para muchos padres o abuelos, de niños que están por nacer, la canción de Pancho Puelma, no tiene sentido.
En un artículo de Sabine Dolan, publicado en el sitio de la UNICEF, fechado en Washington, el 19 de octubre de 2006, se comenta una iniciativa del gobierno de Chile, conocida como “Chile crece contigo”, que, a mi juicio, apunta al centro de la inequidad social.

“El gobierno de Chile ha puesto en marcha una nueva iniciativa en materia de política social que fomenta el apoyo pleno a todos los niños y niñas del país desde el momento en que nacen.
La nueva política, conocida como "Chile Crece Contigo", fue inaugurada por la Presidenta Michelle Bachelet y no tiene precedentes en América Latina.

Gracias a los nuevos mecanismos de apoyo y protección que contempla la nueva iniciativa, los niños y niñas chilenos de las familias más pobres tendrán derecho a asistir a guarderías infantiles y establecimientos preescolares de manera gratuita.

INVERTIR EN LA PRIMERA INFANCIA
"Para UNICEF, la importancia de esta política radica en que el nuevo gobierno considera que la niñez es uno de los aspectos principales del nuevo temario político", afirma Egidio Crotti, Representante de UNICEF en Chile.
"Eso respalda la convicción de que invertir en la niñez constituye un elemento fundamental del desarrollo del país, y creo que el hecho de que comencemos a invertir en la primera infancia es un factor de gran importancia", añade el funcionario.

La iniciativa Chile Crece Contigo ofrece ayuda especializada en materia de educación, así como servicios de atención de la salud a las madres y a todos los niños y niñas, y a sus familias. El programa está dirigido al 40% más pobre de las familias de Chile, cuyos ingresos mensuales son inferiores a los 300.000 pesos, equivalentes a unos 560 dólares.

SERVICIO UNIVERSAL DE GUARDERIAS INFANTILES

El hincapié que hace la iniciativa en la prestación de servicio universal de guardería para los niños y niñas pobres representa una gran ayuda para las madres como Jessica Borges Calquín, una mujer de 25 años de edad que vive con sus dos hijos en la ciudad de Rancagua, cerca de Santiago de Chile.

"Hace algunas semanas descubrí que voy a ser madre nuevamente", dice la Sra. Borges, que recientemente asistió a la inauguración de la guardería infantil Sala Luna, para niños y niñas menores de dos años. "Pero esta vez no sentí la ansiedad de no saber quién cuidará a mis hijos, porque esta nueva guardería resuelve mi problema".
"Creo que en la guardería", añade, "mis hijos reciben todo lo que necesitan, como afecto, dedicación, compromiso y, por sobre todas las cosas, el amor y la atención que les otorgan quienes los cuidan".

LA IMPORTANCIA DE LA VIGILANCIA

El Sr. Crotti señala que la nueva política fomenta todas las cuestiones a las que UNICEF otorga prioridad en Chile. "En primer lugar", dice, "garantizar que todos los niños y niñas dispongan de acceso a la atención primaria de la salud y que todas las familias obtengan las herramientas que necesitan para respaldar mejor el crecimiento de sus hijos e hijas, no sólo en materia de salud y nutrición sino también de apoyo psicológico".

El Representante de UNICEF también destaca la importancia que tiene la vigilancia de la situación general de la niñez en Chile, especialmente de los niños y niñas en situación de mayor vulnerabilidad, como los que pertenecen a las poblaciones indígenas y migrantes.
La iniciativa Chile Crece Contigo se irá ejecutando de manera gradual en todo el territorio del país, y se espera que funcione plenamente en 2009”.
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