Saturday, March 29, 2008

LA VORAGINE

EL DESTINO IMPLACABLE


“La Vorágine”, del escritor colombiano José Eustasio Rivera, fue la primera “gran” novela que leí en la primera etapa de mi adolescencia. Constituyó para mi un salto cualitativo pasar de los clásicos juveniles, hablo de Dickens, Stevenson, London, etc., a una literatura superior. Este libro está asociado, en mis recueros, a mi padre y a mi primo Sergio, por los motivos que contaré.

Mi padre fue un hombre de rutinas felices, que, desafortunadamente, murió muy joven, a los 55 años, víctima de de una atención médica desafortunada. Entre sus rutinas acostumbraba reunirse con sus hermanos Federico, Roberto y Carlos, con sus amigos y con los de sus hermanos, todos los días viernes. A la salida de su oficina, se dirigía a la calle San Diego, a esperar a Roberto y Carlos, que trabajaban en el diario “El Imparcial”, punto de reunión. Luego se trasladaban hasta algún bar o restaurante donde se encontraban con el resto del grupo.

Era una época de bohemia, que alcancé a conocer, en su última etapa. Con alguna frecuencia, con compañeros de la Universidad, ligados a actividades políticas o culturales, solíamos rematar la jornada en lugares como “Il Bosco” o “La Piojera”.

Un filme chileno, “Tres Tristes Tigres”, del cineasta radicado en Francia, Raúl Ruiz, revive esa época en forma notable. No obstante el tiempo transcurrido, recuerdo el impacto que me causó tanto la primera secuencia de la película, el grupo de amigos ingresando a un bar atestado de gente, como la banda sonora, una canción cebollienta, un bolero. Interpretado por Ramón Aguilera, a todo volumen.


A lugares como estos llegaban todo tipo de vendedores, entre ellos, los de libros, que solían encontrar buenos clientes y un público predispuesto por las discusiones sobre todos los temas imaginables, que surgían, espontáneos, al calor de las copas. Mi padre llegó a casa una noche, trayéndome de regalo seis libros, editados por “Zig-Zag”, que aún conservo, que había comprado en esta forma. Así llegó a mis manos “La Vorágine”.

Nunca vi a mis padres leer un libro. Mi madre compraba semanalmente la revista “Don Fausto” y mi padre “Selecciones del Readers Digest”. Sin embargo, desde niño `me estimularon la lectura, comprándome cuanta revista o libro les parecían apropiados para mi edad. -

Otras de las rutinas de mi padre consistía en almorzar los días sábados en la casa de mi tia Evangelina, que vivía con mi abuela Olaya. Mi madre, en esa época, estaba disgustada con mi abuela, que no le perdonaba que se hubiera casado con su hijo, motivo por el cuál, habitualmente, lo acompañábamos mi hermano Oscar y yo.

Mi primo Sergio, el mayor de los tres hijos de mi tía, menor que yo y mayor que mi hermano, era el más feliz con estos encuentros familiares sabatinos. Nos recibía con una alegría desbordante y, normalmente, la jornada terminaba con un ataque de llanto cuando nos íbamos. Eso era, claro está, al principio.

Con el tiempo fuimos creciendo y Sergio se fue convirtiendo en un líder para nosotros y los demás primos. En el Instituto Nacional era el mejor alumno de su curso, era, lejos, el que mejor bailaba Rock and Roll, cantaba como Frank Sinatra, vestía casacas rojas como James Dean, Fue el mejor futbolista y ciclista del barrio y quién contaba los mejores chistes y con más gracia. Su éxito llegaría a la cima cuando conquistó a la niña más hermosa de la Población Juan Antonio Rios Nro. 2. Solo que, sin concretar ningunos de sus sueños, prematuramente, se casó con ella...

Fue en esa época. la primera de nuestra adolescencia, cuando le conté el entusiasmo que me había producido la lectura de “La Vorágine”. De inmediato quiso leerla, de modo que le presté el libro.

A la semana siguiente, cuando nos juntamos de nuevo, estaba radiante Para mi sorpresa se había identificado en tal forma con el destino del protagonista, Arturo Cova, que parecía presentir su propio fracaso y la idea, romántica, parecía agradarle. De partida, la primera frase del libro “Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo ganó la violencia”, lo había deslumbrado. Después de todo, no sabía que el “azar” no era cosa de niños.

Pensé que, a lo mejor, cuando el tiempo hiciera su tarea, a la hora del balance, mi primo repetiría de memoria, con Arturo Cova “...Los que un tiempo creyeron que mi inteligencia irradiaría extraordinariamente, cuál una aureola de mi juventud, los que se olvidaron de mi apenas mi planta descendió al infortunio, los que al recordarme alguna vez piensen en mi fracaso y se pregunten por qué no fui lo que pude haber sido, sepan que el destino implacable me desarraigó de la prosperidad incipiente y me lanzó a las pampas para que ambulara, vagabundo, como los vientos, y me extinguiera como ellos, sin dejar más que ruido y desolación”

Pasaron los años, Sergio falleció prematuramente, y nunca conversamos sobre este tema. Es posible que no lo hubiera recordado, que todo haya sido producto de mi imaginación. Podría ser...

Friday, March 21, 2008

LA LLORONA, LEYENDA Y CANCION


Sonia Montecino publicó un ensayo, “Madres y huachos, alegorías del mestizaje chileno”, (Editorial Sudamericana, Santiago, 1996), en que, entre otros temas, profundiza en la relación entre el mestizaje y la identidad latinoamericana, que se origina en la relación madre indígena-padre español-hijo y en el desgarramiento que produce el abandono y ausencia del progenitor. Esta relación, común para toda América Latina, es consecuencia de la colonización del continente por hombres solos y se inserta en culturas concretas, vistas desde la perspectiva de la maternidad. En su ensayo, la autora transcribe el siguiente texto, que sirve de antecedente del conflicto. Se trata de una síntesis del mito de “la llorona”, leyenda que se extendió por todo el continente:

“La llorona es una muchacha indígena que ha engendrado un hijo con un blanco, cuando éste la abandona, presa por el dolor, decide cometer infanticidio arrojándolo a un rio. : “Mi madre me ha dicho que la sangre de los verdugos no se mezcla con la de los esclavos” –dijo la joven al ejecutar su acto. Cuando el niño cayó al agua, exclamó: ¡“Ay madre…ay madre…ay madre! En ese momento la muchacha, conmovida, se sumergió en las aguas para tratar de salvarlo, sin embargo sus esfuerzos fueron vanos, la corriente lo arrastró y nada pudo hacer. Mientras, el lamento ¡Ay madre, ay madre, ay madre!, siguió oyéndose. “La muchacha afligida no hallaba que hacer y se enloqueció con el grito que no se borraba de su mente. Desde entonces anda dando gritos, por eso le encajonaron “La Llorona”. Su espíritu se quedó errante, dando gritos en la noche”.

Esta leyenda inspiró a Luis Martz, para componer una de las canciones más difundidas del folklor mexicano y latinoamericano. En “Youtube” hay varias versiones, entre ellas una notable, la de Chavela Vargas (en la foto).

LA LLORONA

Letra y música de Luis Martz

Todos me dicen el Negro, llorona,
Negro, pero cariñoso.
Todos me dicen el Negro, llorona,
Negro, pero cariñoso.
Yo soy como el chile verde, llorona,
Picante pero sabroso.
Yo soy como el chile verde, llorona,
Picante pero sabroso.
¡Ay, de mí!, llorona,
llorona de azul celeste.
¡Ay, de mí!, llorona,
llorona de azul celeste.
Aunque la vida me cueste, llorona,
No dejaré de quererte.
Aunque la vida me cueste, llorona,
No dejaré de quererte.
Si al cielo subir pudiera, llorona,
Las estrellas te bajara.
Si al cielo subir pudiera, llorona,
Las estrellas te bajara.
La luna a tus pies pusiera, llorona,
Con el sol te coronaba.
La luna a tus pies pusiera, llorona,
Con el sol te coronaba.
¡Ay, de mí!, llorona,
llorona llévame al río.
¡Ay, de mí!, llorona,
llorona llévame al río.
Tápame con tu rebozo, llorona,
Porque me muero de frío.
Tápame con tu rebozo, llorona,
Porque me muero de frío.
No sé qué tienen las flores, llorona,
Las flores del camposanto., llorona,
Las flores del camposanto.
Que cuando las mueve el viento, llorona,
Parece que están llorando.
Que cuando las mueve el viento, llorona,
Parece que están llorando.
¡Ay de mí!, llorona,
llorona tú eres mi shunca.
¡Ay de mí!, llorona,
llorona tú eres mi shunca.
Me quitarán de quererte, llorona,
Pero de olvidarte nunca.
Me quitarán de quererte, llorona,
Pero de olvidarte nunca.
Las campanas claro dicen, llorona,
sus esquilas van doblando.
Las campanas claro dicen, llorona,
sus esquilas van doblando.
Si mueres, muero contigo, llorona,
Si vives te sigo amando.
Si mueres, muero contigo, llorona,
Si vives te sigo amando.


Tuesday, March 18, 2008

EL CUENTO SEGUN DOS TIOS






Estoy persuadido que entre los lectores de blogs hay muchos escritores en potencia. Avala esta afirmación la gran cantidad de cuentos que se reciben en los concursos públicos, como “Santiago en 100 Palabras” y otros. Por este motivo estimo de interés publicar dos textos que aconsejan como escribir cuentos. Se trata de “Tesis sobre el cuento”, de Ricardo Piglia y “El arte de escribir cuentos”, de Roberto Bolaños. No mencionamos fuente, porque se trata de textos ampliamente difundidos en Internet.

TESIS SOBRE EL CUENTO

Ricardo Piglia

I
En uno de sus cuadernos de notas, Chejov registró esta anécdota: "Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a casa, se suicida". La forma clásica del cuento está condensada en el núcleo de ese relato futuro y no escrito. Contra lo previsible y convencional (jugar-perder-suicidarse), la intriga se plantea como una paradoja. La anécdota tiende a desvincular la historia del juego y la historia del suicidio. Esa escisión es clave para definir el carácter doble de la forma del cuento. Primera tesis: un cuento siempre cuenta dos historias.
II
El cuento clásico (Poe, Quiroga) narra en primer plano la historia 1 (el relato del juego) y construye en secreto la historia 2 (el relato del suicidio). El arte del cuentista consiste en saber cifrar la historia 2 en los intersticios de la historia 1. Un relato visible esconde un relato secreto, narrado de un modo elíptico y fragmentario. El efecto de sorpresa se produce cuando el final de la historia secreta aparece en la superficie.
III
Cada una de las dos historias se cuenta de un modo distinto. Trabajar con dos historias quiere decir trabajar con dos sistemas diferentes de causalidad. Los mismos acontecimientos entran simultáneamente en dos lógicas narrativas antagónicas. Los elementos esenciales del cuento tienen doble función y son usados de manera distinta en cada una de las dos historias. Los puntos de cruce son el fundamento de la construcción.
IV
En "La muerte y la brújula", al comienzo del relato, un tendero se decide a publicar un libro. Ese libro está ahí porque es imprescindible en el armado de la historia secreta. ¿Cómo hacer para que un gángster como Red Scharlach esté al tanto de las complejas tradiciones judías y sea capaz de tenderle a Lönnrott una trampa mística y filosófica? El autor, Borges, le consigue ese libro para que se instruya. Al mismo tiempo utiliza la historia 1 para disimular esa función: el libro parece estar ahí por contigüidad con el asesinato de Yarmolinsky y responde a una casualidad irónica. "Uno de esos tenderos que han descubierto que cualquier hombre se resigna a comprar cualquier libro publicó una edición popular de la Historia de la secta de Hasidim." Lo que es superfluo en una historia, es básico en la otra. El libro del tendero es un ejemplo (como el volumen de Las mil y una noches en "El Sur", como la cicatriz en "La forma de la espada") de la materia ambigua que hace funcionar la microscópica máquina narrativa de un cuento.
V
El cuento es un relato que encierra un relato secreto.No se trata de un sentido oculto que dependa de la interpretación: el enigma no es otra cosa que una historia que se cuenta de un modo enigmático. La estrategia del relato está puesta al servicio de esa narración cifrada. ¿Cómo contar una historia mientras se está contando otra? Esa pregunta sintetiza los problemas técnicos del cuento. Segunda tesis: la historia secreta es la clave de la forma del cuento.
VI
La versión moderna del cuento que viene de Chéjov, Katherine Mansfield, Sherwood Anderson, el Joyce de Dublineses, abandona el final sorpresivo y la estructura cerrada; trabaja la tensión entre las dos historias sin resolverla nunca. La historia secreta se cuenta de un modo cada vez más elusivo. El cuento clásico a lo Poe contaba una historia anunciando que había otra; el cuento moderno cuenta dos historias como si fueran una sola. La teoría del iceberg de Hemingway es la primera síntesis de ese proceso de transformación: lo más importante nunca se cuenta. La historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión.
VII
"El gran río de los dos corazones", uno de los relatos fundamentales de Hemingway, cifra hasta tal punto la historia 2 (los efectos de la guerra en Nick Adams), que el cuento parece la descripción trivial de una excursión de pesca. Hemingway pone toda su pericia en la narración hermética de la historia secreta. Usa con tal maestría el arte de la elipsis que logra que se note la ausencia de otro relato. ¿Qué hubiera hecho Hemingway con la anécdota de Chejov? Narrar con detalles precisos la partida y el ambiente donde se desarrolla el juego, y la técnica que usa el jugador para apostar, y el tipo de bebida que toma. No decir nunca que ese hombre se va a suicidar, pero escribir el cuento como si el lector ya lo supiera.
VIII
Kafka cuenta con claridad y sencillez la historia secreta y narra sigilosamente la historia visible hasta convertirla en algo enigmático y oscuro. Esa inversión funda lo "kafkiano". La historia del suicidio en la anécdota de Chejov sería narrada por Kafka en primer plano y con toda naturalidad. Lo terrible estaría centrado en la partida, narrada de un modo elíptico y amenazador.
IX
Para Borges, la historia 1 es un género y la historia 2 es siempre la misma. Para atenuar o disimular la monotonía de esta historia secreta, Borges recurre a las variantes narrativas que le ofrecen los géneros. Todos los cuentos de Borges están construidos con ese procedimiento. La historia visible, el cuento, en la anécdota de Chejov, sería contada por Borges según los estereotipos (levemente parodiados) de una tradición o de un género. Una partida de taba entre gauchos perseguidos (digamos) en los fondos de un almacén, en la llanura entrerriana, contada por un viejo soldado de la caballería de Urquiza, amigo de Hilario Ascasubi. El relato del suicidio sería una historia construida con la duplicidad y la condensación de la vida de un hombre en una escena o acto único que define su destino.
X
La variante fundamental que introdujo Borges en la historia del cuento consistió en hacer de la construcción cifrada de la historia 2 el tema del relato. Borges narra las maniobras de alguien que construye perversamente una trama secreta con los materiales de una historia visible. En "La muerte y la brújula", la historia 2 es una construcción deliberada de Scharlach. Lo mismo ocurre con Azevedo Bandeira en "El muerto", con Nolam en "Tema del traidor y del héroe". Borges (como Poe, como Kafka) sabía transformar en anécdota los problemas de la forma de narrar.
XI
El cuento se construye para hacer aparecer artificialmente algo que estaba oculto. Reproduce la búsqueda siempre renovada de una experiencia única que nos permita ver, bajo la superficie opaca de la vida, una verdad secreta. "La visión instantánea que nos hace descubrir lo desconocido, no en una lejana tierra incógnita, sino en el corazón mismo de lo inmediato", decía Rimbaud. Esa iluminación profana se ha convertido en la forma del cuento.

EL ARTE DE ESCRIBIR CUENTOS

Roberto Bolaño




Como ya tengo 44 años, voy a dar algunos consejos sobre el arte de escribir cuentos...


1) Nunca abordes los cuentos de uno en uno, honestamente, uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte.

2) Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. Si te ves con energía suficiente, escríbelos de nueve en nueve o de quince en quince.

3) Cuidado: la tentación de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa como dedicarse a escribirlos de uno en uno, pero lleva en su interior el mismo juego sucio y pegajoso de los espejos amantes.

4) Hay que leer a Quiroga, a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral.

5) Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura.

6) Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo, pero es así.

7) Los cuentistas suelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho, es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Petrus Borel. Gran error: ¡Deberían imitar a Petrus Borel en el vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas saben nada! ¡Ni de Gautíer, ni de Nerval!

8) Bueno: lleguemos a un acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como Petrus Borel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Schwob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de éste pasen a Alfonso Reyes y de ahí a Borges.

9) La verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra.

10) Piensen en el punto número nueve. Uno debe pensar en el nueve. De ser posible: de rodillas.

11) Libros y autores altamente recomendables: De lo Sublime del Seudo Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sidney, cuya biografía escribió Lord Brooke; La antología de Spoon River de Edgar Lee Masters; Suicidios ejemplares de Enrique Vila-Matas.
12) Lean estos libros y tambien a Chejov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo. Vi

Friday, March 07, 2008

GUERNICA

Uno de los temas recurrentes de este blog ha sido indagar en las fuentes de inspiración de los escritores y artistas (el último “Noticias y libros”, aún en pantalla). Ahora quiero iniciar un nuevo ciclo en la prosecución de la misma idea, revisando cómo un cuadro, específicamente, “Guernica”, de Pablo Picasso, inspiró un poema del poeta chileno Fernando Lamberg.
EL CUADRO
El cuadro, es, probablemente, el más popular de Pablo Picasso. Se trata de una obra expresionista pintada por encargo del gobierno de la República, para ser exhibida en la Exposición Internacional de 1937, en Paris. Poco antes, en abril de 1937 (1), la ciudad de Guernica fue destruida por un bombardeo aéreo, que causó muerte y desólaciñon. El horror por lo sucedido se refleja en los tonos negros y blancos de la obra. Picasso quería que el cuadro quedara en el Museo del Prado, pero nunca se llevó a cabo tal petición. Actualmente se encuentra en exposición permanente en el Museo Reina Sofía, en Madrid.

EL POEMA
GUERNICA

Fernando Lamberg

Si se pudiera rescatar
un solo retrato del Siglo Veinte
sería "Guernica".
No se divisan los aviones
no se ve caer las bombas
ni se escucha el estruendo de los bombardeos;
pero el dolor crece como una ola
y el hombre que yace con la espada rota
y la madre con el hijo muerto entre los brazos
nos recuerdan que desde hace milenios
han pretendido apagar con fuego
la sed del pueblo. (2)

(1) El Bombardeo de Guernica fue el ataque aéreo realizado el 26 de abril de 1937 hacia las 16 horas por la legión Cóndor y Saboia, esta italiana, a favor del bando nacional y contra la población vasca de Guernica (en euskera Gernika) durante la Guerra Civil Española. Aunque no fue el primer bombardeo de la guerra en Vizcaya, dado que un mes antes se había bombardeado Durango por aviones italianos durante 20 minutos, en que una población civil fue atacada [1] con bombas masivamente, su repercusión ha hecho que sea mundialmente conocido. (Wikipedia).
(2) En el año 2004, tres jóvenes poetas chilenos, Joaquín Prieto, Cristóbal Bianchi y Julio Carrasco, de la revista Casagrande, recordaron el 70 Aniversario del Bombardeo de Guernica, con una acción de arte: desde un helicóptero lanzaron sobre la ciudad vasca miles de poemas de poetas chilenos y vascos. Este fue uno de ellos. Si escribes en un buscador “Bombardeo de poemas sobre Guernica” podrás ver un video del noticiario de TVN, en que el periodista Amaro Gomez-Pablos informa del acontecimiento.

Thursday, March 06, 2008

EL MIEDO Y LA COBARDIA


En mis lecturas encontré a menudo ideas, definiciones y conceptos que, por su precisión, valía la pena difundir. En algunas oportunidades se trataban de ideas comunes, que usamos ordinariamente en nuestras conversaciones y cuyo valor, en último término, es que contribuyen a descubrir matices habitualmente imperceptibles. Un buen ejemplo lo encuentro en “El país de la cola de paja”, ensayo de Mario Benedetti, de 1960. Reproduzco a continuación el primer párrafo del capítulo “Del miedo a la cobardía”, que introduce sus reflexiones y que se sustentan por si solas.

“El verdadero valiente no es el que siempre está lleno de coraje, sino el que se sobrepone a su legítimo miedo. El miedo individual no es, en si mismo, un rasgo despreciable; frecuentemente, es harto más despreciable la circunstancia extrema que lo provoca. Pero si el miedo es, por lo común, algo inevitable y espontáneo, un argumento más primitivo y por eso mismo más poderoso que todos los argumentos de la encumbrada, infalible razón, no pasa lo mismo con la cobardía. Naturalmente, la cobardía tiene algunos de los ingredientes del miedo, pero, en tanto que éste no pasa de ser un estado de ánimo, aquella en cambio es una actitud. En la cobardía, pues, el grado de responsabilidad es mucho mayor que en el miedo, ya que a su miedo natural y congénito, el cobarde asume la grave decisión de no afrontar algo, de no dar la cara. . La cobardía por el mero hecho de esa decisión, transforma al miedo en una culpa”.

Saturday, March 01, 2008

NOTICIAS Y LIBROS


Recuerdo tres casos en los que una noticia publicada en un periódico sirvió como argumento literario. El poeta ecuatoriano Jorge Enrique Adoum publicó “El amor desenterrado y otros poemas”, en el año 1995. El extenso poema que da nombre al libro, está precedido de la reproducción de una información:

“La Dra. Karen E. Stothert, profesora en la Universidad de Fordham, en Bronx, Nueva York, acompañada de Paula Rogasner, de la Universidad de Guayaquil, y de Eugenia Rodríguez, Marcelo Villalba e Iván Cruz, de la Universidad Católica de Quito, con los auspicios del Museo Arqueológico del Banco Central del Ecuador, descubrió en la Península de Santa Elena, provincia del Guayas, un cementerio paleoindio –el más antiguo del Ecuador y uno de los primeros de América (8.000 a. de C.) con varias clases de entierros y de ofrendas. Un excepcional hallazgo fue el de los llamados “amantes de Sumpa”: dos esqueletos ligados en actitud amorosa sobre los cuales se han colocado algunas piedras, al parecer después de su muerte. (De los periódicos)”

El dramaturgo alemán Carl Zuckmayer escribió el drama “Cántico en la hoguera”, sobre la base de dos informaciones que leyó en la Nacional Zeitung, de de Basilea, publicó el 8 de octubre de 1948, bajo el epígrafe de “Noticias breves”, las que transcribo a continuación:

“Traidor condenado a muerte

De los muchos dramas sangrientos que se desarrollaron durante la ocupación de Francia en el territorio saboyano vecino a Ginebra, difícilmente habrá otro que cause una profunda impresión como la tragedia de H… La impresión resultó tanto más punzante cuanto que los sucesos tuvieron lugar en Nochebuena; en el año 1943. En el antiguo castillo de la mencionada aldea se habían congregado para un baile multitud de jóvenes del lugar, muchos de los cuales pertenecían al movimiento de la resistencia y habían sido delatados a los alemanes. En medio de la alegría de la fiesta irrumpió la policía militar alemana, que dio muerte a veinte de los bailarines o los hizo perecer en las llamas del incendio provocado por ella alrededor de edificio. La responsabilidad de esa fechoría, según el tribunal militar de Lyon, que acaba de juzgar el caso, cae sobre el francés Louis C., de 28 años de edad, que desde 1943 estaba al servicio de la Gestapo. Louis C. había pasado toda una semana en el castillo de H., punto de reunión de todos los refractarios al servicio de trabajo obligatorio y otros elementos de la Resistencia. Entre otras delaciones, Louis C. reveló también a los alemanes el campo de resistencia de Estellon…El acusado confesó sus infamias. El tribunal ha condenado a muerte al traidor.

Cuarenta y cuatro ballenas varadas

El jueves, se acercaron nadando desde alta mar a la costa de Florida, 44 ballenas, que fueron arrastradas a la arena por las olas y allí perecieron en su mayoría al cabo de poco tiempo. Pocas quedaron con vida y los pescadores las remolcaron de nuevo hacia el mar. Los expertos manifiestan que en los últimos tiempos se ha dado varias veces el caso de que manadas enteras de ballenas, con inexplicables propósitos, se dejan llevar por las olas a los bancos arenosos de Florida. Cuando se las volvía a empujar hacia el mar siempre regresaban nadando a la costa”.

“Estos dos telegramas, explica Zucmayer, tal como se sucedían en el periódico, sin relación visible, sirvieron de ocasión para el argumento de y contenido de este drama que no se funda en otros hechos o documentos”. Todo un reto.

Alexandr Solzhenitsyn, en la introducción de su celebre “Archipiélago GULAG”, la curiosa anécdota, que si bien no inspira el libro, le sirve como un símbolo. Transcribo el fragmento que menciona la noticia y la fuente:

“En el año de mil novecientos cuarenta y nueve, unos amigos y yo dimos con una nota curiosa en la revistaPriroda de la Academia de Ciencias. Decía en letra menuda que durante unas excavaciones en el río Kolymá se había descubierto, no se sabe cómo, una capa de hielo subterránea. Esa capa había conservado congelados desde hacía decenas de miles de años especimenes de la misma fauna cuyos restos se habían encontrado en la excavación.
Fueran peces o tritones, lo cierto es que se conservaban tan frescos — atestiguaba el reportero científico — que, tras desprenderles el hielo, los integrantes de la expedición se los habían comido ahí mismo con sumo placer.

Podría parecer que la revista pretendía impresionar a sus pocos lectores con la alta capacidad del hielo para conservar el pescado. No obstante, pocos supieron captar el otro sentido, más verdadero y épico, que tenía la imprudente nota.

En cambio, mis amigos y yo lo comprendimos enseguida. Pudimos imaginarnos nítidamente la escena hasta en el menor detalle: los integrantes de la expedición quebrando el hielo ávidos y presurosos, y cómo, pasando por alto los excelsos intereses de los ictiólogos, luchaban a codazos por hacerse con un trozo de pescado milenario, derretirlo al fuego y saciar su hambre.

Lo comprendimos porque nosotros mismos fuimos en su día integrantes forzosos de este tipo de expediciones, habíamos pertenecido a la poderosa y singular estirpe de los zeks la única del mundo capaz de comerse un tritón con sumo placer”.

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