Wednesday, May 31, 2006

EPIGRAFES DE ANTOLOGÍA


En algunas ocasiones los escritores suelen anteponer a sus textos citas extraídas de obras de otros autores, a los que rinden, en cierta forma, un homenaje. Se trata de epígrafes que estiman pertinentes a su propia obra. En estas oportunidades nos entregan sus hallazgos que suelen ser, verdaderas joyas.

Sin embargo, yo comencé a fijarme en este recurso cuando leí una cita a Napoleón Bonaparte en un libro sobre “martingalas” para ganar en la ruleta. El libro estaba finamente editado, con gráficos atrayentes, que mi padre obtuvo por alguna vía en el Casino de Viña del Mar. La cita era la siguiente: “El cálculo vence al azar”.

Las citas que deseo mostrar son las siguientes:

El escritor norteamericano Paul Bowles (1910-1999), escribió una novela notable. “El cielo protector”, que narra las peripecias de un matrimonio norteamericano en el norte de Africa, que fue llevada al cine, con la dirección de Bernardo Bertolucci. Bowles cita al argentino Eduardo Mallea y al checo Franz Kafka:

“Lo que tiene nuestro destino de nuestro y de distinto es lo que tiene de parecido con nuestro propio recuerdo” (Eduardo Mallea)

“”A partir de cierto punto no hay retorno posible. Ese es el punto al que hay que llegar”, (Franz Kafka).

En su novela “El torbellino del destino”, el dramaturgo y novelista alemán Gerhart Hauptmann utiliza como epígrafe una frase de Jacob Burckhardt, tomada de la obra “Reflexiones sobre la Historia Universal":

“El único punto de partida para nosotros es el de los hombres que sufren, trabajan y se afanan. Tal como es, ha sido y seguirá siendo. En consecuencia, nuestras consideraciones serán en cierto modo patológicas”

El novelista inglés Graham Greene (1904-1991), en “El fin de la aventura”, transcribe la siguiente cita del escritor francés León Bloy:

“El hombre tiene lugares en su corazón que todavía no existen, y que para que puedan existir entre en ellos el dolor”.

Wednesday, May 24, 2006

SECRETOS DE PACOTILLA

No he leído “El código da Vinci” ni veré la película. En general no leo best-sellers, tengo una mala disposición a los secretos y no buscaría conocer los orígenes del cristianismo y sus conflictos, en una novela. Pero lo real es que existe un público dispuesto a comulgar con ruedas de carretas y aceptar como válida cualquiera estupidez. Se trata de un público que solo compra libros ocasionalmente y que no busca disfrutar la lectura sino estar al tanto de la polémica y tomar partido. En “El Termómetro”, el programa periodístico de Chilevisión, el 40% de los telespectadores opinó que “Jesucristo se casó con Magdalena y que tuvo hijos con ella”. Dicho matrimonio habría sido ocultado por los apóstoles, la Iglesia y el papado, hasta hoy, cuando el secreto es finalmente revelado gracias al hallazgo de antiguos documentos (evangelios apócrifos), según los cuales la divinidad de Jesucristo sería una falsificación.

Tengo otro motivo: no quiero tropezar dos veces con la misma piedra. Sucede que hace muchos años leí “El Péndulo de Foucault”, de Humberto Eco, cuya trama gira alrededor de otro secreto tan rasca como el de la novela de Dan Brown: el de los templarios que buscan acumular riqueza y poder, que constituyen una sociedad secreta que perdura desde la Edad Media hasta hoy, a la que se han integrado masones, rosacruces, jesuitas. Se trata de una de las novelas más malas que he leído. Humberto Eco ha tratado de justificarla sosteniendo que se trata de una “sátira” y “una representación grotesca” del género del ocultismo. De este modo, según Eco, su “Péndulo” sería una sátira del “código”, que, gracias a su genialidad, anticipó quince años.

BOLIVIA Y LA CRUZ




El acontecimiento más antiguo que recuerdo fue el asesinato del Presidente de Bolivia, Mayor Gualberto Villarroel, el 21 de Julio de 1946. Mis padres escuchaban noticias por la radio y por esa vía, completamente casual, me enteré del trágico acontecimiento, que, no obstante mi edad, quedó registrado en mi memoria: Una turba había ingresado al Palacio de Gobierno. Había hecho prisionero al Presidente y lo había lanzado desde el balcón y luego, malherido, lo habían colgado de un farol. La noticia me impactó de tal modo que nunca olvidé el episodio. Entonces, no había cumplido siete años.
En los años 60, la Editorial del Pacífico publicó en Chile una serie de libros sobre la historia política reciente de América Latina. En uno de ellos, “Un Pueblo en la Cruz”, de Alberto Ostria Gutiérrez, encontré la corroboración de mis recuerdos. Mi memoria había registrado correctamente el episodio, sólo que recordaba al Presidente mártir como Guadalberto.. Alberto Ostria, político boliviano, fue Ministro de Relaciones Exteriores y Embajador en Chile y, como muchos otros políticos americanos, vivió el exilio en nuestro país.

Buscando antecedentes que registren éste capítulo de la historia boliviana consulté los contenidos de “internet”, sin encontrar nada que me sirviera; me enteré solamente que hay una refinería de petróleo y una calle en la ciudad de La Paz, que recuerdan su nombre. De este modo, no me queda sino volver al libro mencionado, para contar el episodio.

El mayor Villarroel presidía un gobierno de facto en el que se sostenía en una coalición de militares y el Movimiento Nacional Revolucionario, el MNR, cuya ideología estaba influida por el nacional socialismo alemán Su presidente era un caudillo que gravitó durante mucho tiempo en la política boliviana; Víctor Paz Estenssoro. Esta coalición se había hecho del poder mediante una revolución incruento, poco tiempo antes, el 21 de Diciembre de 1943. Como sucedió antes y sucedería después, el nuevo régimen mantuvo una férrea dictadura, conculcó todos los derechos de los ciudadanos. Todas las esperanzas del pueblo fueron una vez más reprimidas mediante la violencia. Se cometieron crímenes que remecieron la conciencia popular. Las organizaciones sindicales y estudiantiles comenzaron a protestar en las calles y siempre fueron reprimidas con brutalidad. La Federación Obrera Boliviana (FOB) declaró la huelga general para el día 17 de Julio de 1946, que fue reprimida por la policía. Ese día ocurrió un hecho dramático que acentuó la efervescencia popular. Un grupo de estudiantes se apoderó de la radio “Córdova” y comenzó a transmitir proclamas contra el gobierno. La fuerza pública atacó la radio hasta silenciarla completamente. Los estudiantes transmitieron hasta el último momento, relatando al aire lo que sucedía. Ninguno de los manifestantes sobrevivió al ataque policial. Dos días después, se produjo otra matanza en las calles de la ciudad de La Paz. La fuerza pública disparó contra un grupo de mujeres que encabezaban una marcha, enarbolando una bandera boliviana. Cuenta Ostria: “La policía apuntó directamente contra las abanderadas que cayeron heridas o muertas, en medio del dolor, la confusión, estupor e indignación de los manifestantes.”
.
Ante la extensión de la sublevación popular, en horas de la noche, el Coronel Villarroel solicitó la renuncia de los ministros de su gabinete que pertenecían MNR, reemplazándolos por militares, algunos de ellos conocidos por pertenecer a los sectores más duros de las fuerzas armadas.

Al día siguiente, 20 de Julio, se reunieron los mandos militares con el Presidente y se discutió la conveniencia de su renuncia. Paralelamente, en el edificio Consistorial, los dirigentes del MNR debatían sobre la situación política producida con su alejamiento del gobierno. Ambas reuniones se desarrollaron hasta la madrugada del fatídico 21. Los dirigentes del MNR abandonaron el municipio y dejaron deliberadamente las puertas abiertas. A la mañana siguiente, la muchedumbre, como en los días anteriores, comenzó a ocupar las calles en toda la ciudad. En la puerta del Municipio había una pizarra que invitaba a los manifestantes a entrar. Se comenzó a reunir gente frente al edificio, que se encontraba sin protección policial. Algunos manifestantes, los más audaces, entraron al edificio y al constatar que tampoco al interior habían guardias comenzaron a registrar el edificio, encontrándose con una sorpresa descomunal: Una de las salas del Palacio Consistorial estaba repleta de armas y municiones. La muchedumbre retornó a las calles, esta vez, armada. Comenzaron los ataques a las dependencias públicas, que empiezan a caer una a una en poder de los rebeldes. La resistencia es cada vez más débil, y los efectivos de las fuerzas policiales entregan sus armas a los manifestantes o se unen a ellos. De allí, el ataque al Palacio es inevitable. Este es defendido por fuerzas y bien equipadas. Los revolucionarios logran, derribar las puertas del palacio, a pesar de sufrir muchas víctimas. Una vez dentro del Palacio los insurgentes se desplazan por todo el edificio a la búsqueda del Presidente, que, a esta hora, está prácticamente sólo en el edificio, que se negó a abandonar, pese a las exigencias de sus colaboradores. Cuando los rebeldes lo descubrieron en una de las oficinas del edificio, le dispararon y. lo arrastraron hasta un balcón y lo lanzaron n a la calle. La muchedumbre lo tomó y, ya semidesnudo, colgaron de un farol, junto a otros dos funcionarios que corrieron la misma desdichada suerte. Gualberto Villarroel había dimitido a su cargo poco antes, y nadie comprende porque, habiendo tenido varias oportunidades para huir, prefirió morir en manos de sus detractores. De hecho el edificio de gobierno tenía una salida secreta que le habría permitido huir sin correr mayores riesgos, como lo hicieron los demás personeros y funcionarios del gobierno que si optaron por salvar sus vidas.

Bolivia vive hoy otras convulsiones. La esperanza de cambios profundos está instalada nuevamente en la conciencia del pueblo. La encarna un político de nuevo cuño, que no proviene de las castas militares o de las elites políticas o financieras del país y que cuenta con un apoyo ciudadano nunca antes visto en la política boliviana. Para no defraudarla, sin perjuicio de su propia responsabilidad, Evo Morales necesita la comprensión y el apoyo de la comunidad internacional.

En lo que a mi concierne, Bolivia y Evo Morales cuentan con todas mis simpatías.

MIS "SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO"



“Lo más incompresible del universo
es que tal vez podamos llegar a
comprenderlo.” Albert Einstein


En un capítulo reciente del “remake” chileno de la serie de televisión norteamericana “The Nanny”, la Lolo le cuenta a don Max, entre risas, que la Nany cree que el Morro de Arica es una de las siete maravillas del mundo. Traté de recordar cuales son las famosas siete maravillas pero solo pude recordar dos o tres. Del tema no tenía noticias desde la época del colegio, cuando buscaba las láminas coleccionables que traían los cuadernos “Torre”. En internet vi que se han hecho esfuerzos por actualizar o modernizar el concepto que, en su idea original, se refiere exclusivamente a la antigüedad.

¿Qué le habría contestado yo a la Lolo si me hubiera preguntado cuales son, a mi juicio, las siete maravillas del mundo?

Veamos: En primer lugar tendría que recordar que la definición de mundo tiene una acepción amplia, en cuyo caso es “todo lo existente”, y otra restringida, como el conjunto humano organizado, cuando se habla del “nuevo mundo” o del “tercer mundo” De acuerdo con lo anterior, usando el concepto más amplio, mis siete maravillas son:


1: El COSMOS: tal cual lo conocemos en el siglo XXI, luego del avasallador avance de los descubrimientos y de las investigaciones científicas y su divulgación, en la que destacan, entre otros, Isaac Asimov, Carl Sagan y Stephen Hawkins, quienes a través de los medios disponibles, (libros, conferencias, prensa, revistas especializadas, documentales de cine y televisión, internet), han puesto sus conocimientos a disposición de todos nosotros.

2: El planeta TIERRA, nuestra casa, con su fiel, discreta y romántica compañera de viaje, la Luna.

3: La VIDA, que coexiste en la más asombrosa variedad de formas, que comprende millares de especies desaparecidas o en vías de desaparecer, por la falta de conciencia colectiva de la necesidad de `reservarla

4: El HOMBRE: Por supuesto la mujer, los niños, los jóvenes, los ancianos, los buenos, los malos, los sabios, los tontos, los entretenidos, los lateros, todos los que hoy habitamos la tierra, los que abandonaron la nave, y los que vendrán. Nosotros y la humanidad.

5: La CULTURA, definida como el conjunto de costumbres, ideas, conocimientos, aportes, descubrimientos, conceptos, padrones de conducta, valores, que se desarrollan y acumulan en la humanidad o al interior de cada sociedad, nación o grupo humano y que, se supone, deben conservarse y desarrollarse.

6: Las SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO, las conocidas desde la antigüedad, más las que se estimen deben agregarse a dicha lista. Agreguemos las grandes obras del arte de todos los tiempos, en la escultura, la pintura, la literatura, etc.

7: El FUTURO DE LA HUMANIDAD, ese que nos conducirá al espacio, a la exploración y a la conquista del cosmos.

¿Que tal la volada?

Thursday, May 04, 2006

MINIMA ANTOLOGIA POETICA UNIVERSAL

Desde hace varios años he coleccionado poemas breves, con el objeto de incorporarlos a una antología. Con el advenimiento de internet, modifiqué el proyecto original y hoy, a través de este blog y, luego, mediante una página personal, espero ir mostrando a mis amigos, mis hallazgos. Por el momento quiero presentar tres poemas y sus autores, en el caso hipotético que no los conozcas.

MIENTRAS BEBO, SOLO, A LA LUZ DE LA LUNA

Un vaso de vino entre las flores;
bebo solo, sin amigo que me acompañe.
Levanto el vaso e invito a la luna;
con ella y con mi sombra seremos tres.
Pero la luna no acostumbra beber vino,
y mi perezosa sombra sólo sabe seguirme.
Festejemos, con mi amiga luna y mi sombra esclava,
mientras aún es primavera.

En las canciones que entono vibran rayos lunares;
en la danza que ensayo mi sombra se aferra y deshace.
Los tres juntos, antes de beber holgábamos;
ahora, ebrios, cada cual va por su lado.
¡Regocijémonos muchas horas todavía,
en nuestro extraño festín inanimado,
para encontrarnos al fin en el Rio de las Nubes!


El autor de este poema es Li Po, poeta chino, del que hablaré próximamente, que vivió entre los años 701 y 762. Conozco al menos tres versiones de este poema, disímiles entre si, por lo que debo deducir que traducir del chino al español es una empresa compleja. De todas me quedo con la precedente, tomada de “Antología de la Poesía Universal”, Centro Editor de América Latina”, selección de Luis Grigorich.

POEMA 547

He visto un ojo moribundo
rodar y recorrer un cuarto
como buscando alguna cosa.
Después nublarse,
después oscurecer,
después cerrarse
sin revelar que era
lo que, visto, lo hubiese sosegado.

La autora de este poema es Emily Dickinson (1830-1886) y lo tomé de “Tres poetas norteamericanos”, Editorial Norma, 1991. La obra de esta poetisa norteamericana atrajo mi atención, antes de conocerla, por su apellido, el mismo que el materno de mi madre. Emily y Walt Whitman son considerados los exponentes más importantes de la poesía norteamericana del siglo XIX.

LA VIDA FURTIVA

Seguramente será como ahora. Estaré despierto,
iré de acá para allá por el pasillo. Como un minero
que sale de un pozo, me subirá
desde el silencio de toda la casa, brusco,
el ronquido del ascensor. Me detendré a escuchar
el abofeteo de puertas de metal, y los pasos
por el rellano, y adivinaré el momento
en que arrancará a temblar la angustia del timbre
Sabré quienes son. Les abriré en seguida. Todo perdido,
que entren esos a quienes tendré que decirlo todo.



El español (catalán) Gabriel Ferrater (1922-1972), es el único poeta contemporáneo de esta mini antología. Este poema lo tome del libro “Mujeres y días”, Seix Barral, 1979. Lo leí, por primera vez, en plena dictadura militar, en un periodo de intensa represión política contra los opositores al régimen militar y después de participar en una “protesta”. Luego busqué “El Archipiélago GULAG”, de Alexander Soljenitsen y encontré este párrafo que releí, inquieto: “El arresto!! ¿Será necesario decir que da un vuelco a toda nuestra vida? ¿Que es un rayo que descarga sobre uno? ¿Que es una sacudida moral tan terrible que no todos la encajan, y que, a menudo lleva a la locura?”

Hablamos de la poesía y de sus circunstancias.

TESEO Y YO


“El Sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni vestigio de sangre. “-¿Lo creerás, Ariadna? – dijo Teseo--. El minotauro apenas se defendió.”
(Jorge Luis Borges: “La Casa de Asterión”)


Mi apellido materno es fonéticamente idéntico a TESEO, el personaje de la mitología griega. Siempre supuse que el apellido TESSEO era de origen italiano. Yo no conocí a mi abuelo materno, que falleció cuando mi madre era niña. Sólo se por ella que era inglés, hijo de padre italiano y de madre inglesa. Mi abuelo se llamaba Salvatore Torino Tesseo Lane. Cuando estuve en Roma examiné el directorio telefónico con la esperanza de encontrar a alguien que tuviera este apellido, pero no encontré ningún Tesseo.

Como es lógico, desde mi niñez me interesó la leyenda de Teseo, entre otras razones, por que muchas veces tuve que explicar la leyenda del Laberinto de Creta, del Minotauro y de todos los personajes de la mitología griega que se relacionan con ella.

El primer personaje de esta historia es el Minotauro, monstruo que tenía el cuerpo de un hombre y la cabeza de un toro. Poseidón, dios del mar, envió a Minos, Rey de Creta, a su ruego, un toro blanco como la nieve para ser sacrificado. Esta petición tenía un sentido. Según la leyenda, Zeus disfrazado de toro blanco raptó a Europa, una bella princesa fenicia y cruzó con ella a nado el mar, llegando a Creta, donde Europa tuvo tres hijos, uno de ellos Minos. Poseidón acogió la solicitud de Minos y un toro blanco llegó nadando a la isla, pero Minos se negó a sacrificarlo provocando la ira del dios del mar. Para castigarlo, Poseidón hizo que Parcifae, la esposa de Minos, se enamorara del toro y engendrara un monstruo. Para encerrarlo, Minos ordenó a Dédalo que construyera un laberinto, construcción compuesta de pasadizos y habitaciones tan intrincadas, que impedía la salida del que era encerrado o entraba en el edificio.

Egeo, Rey de Atenas y padre de Teseo, mató a Androgeo, hijo de Minos. En venganza, marchó éste contra la ciudad griega y con la ayuda de los dioses logró desencadenar contra ella la peste y el hambre. Para poner término a estas calamidades, los atenienses se vieron forzados a dar a los cretenses las satisfacciones sugeridas por el oráculo de Delfos, enviar a la isla, periódicamente, siete mancebos y siete doncellas que debían perecer devorados por el Minotauro.

Teseo obtuvo que su padre lo enviara a Creta, junto al grupo de jóvenes que debian ser sacrificados. La leyenda dice que Ariadna, la hija de Minos, se enamoró del príncipe ateniense a primera vista y, por ello, le reveló la única forma de entrar y salir del laberinto, que le había sido confidenciada por Dédalo. Ariadna, bajo promesas de amor, le entregó a Teseo un ovillo de hilo que sujetó a la entrada del laberinto. Teseo lo iba desovillando a medida que penetraba en su interior. Al encontrar al Minotauro, Teseo lo enfrentó y lo mató, liberando de este modo a los jóvenes que iban a morir en sus fauces.

La literatura, la historia y la arqueología nos proporcionan nuevas luces para completar la visión de Teseo.

Los historiadores nos informan que hacia el año 3000 AC floreció en la isla de Creta una civilización cuya influencia cultural y económica se expandió por toda la región del mar Egeo, incluyendo la península de Los Balcanes. Los cretenses bajo la conducción de Minos desarrollaron una una poderosa flota que les aseguraba el dominio del mar. Sus principales ciudades fueron Cnossos, Faistos y Haga Triada, cuya fundación se atribuye a Minos. Por ello se denomina a dicha civilización con el nombre de “minoica”. Su máximo esplendor lo alcanzó, al parecer, alrededor del siglo XVII AC, para entrar después a una lenta pero sostenida decadencia. Fue pues Creta, antes que Atenas, el centro de la civilización griega. Ello explica que Atenas debiera rendir tributos a Creta, enviando a su jóvenes para ser devorados por el minotauro.

Plutarco, historiador griego, que vivió durante el primer siglo de nuestra era, escribió una extensa biografía de Teseo, en la que recogió todas las aventuras que la mitología le atribuye, que, dicho sea de paso, se extienden mucho más lejos que su estadía en la isla de Creta. Dicho relato constituye el primer capítulo de sus “Vidas Paralelas”, biografías de hombres ilustres de la antigüedad, en las que compara la vida de un griego y un romano. Plutarco en esta obra compara a Teseo con Rómulo, a quién se atribuye la fundación de Roma.

Teseo era descendiente de Erecteo, Rey de Atenas, y de los primeros “autónomos”, esto es, de los hombres brotados espontáneamente de la tierra. Este es un antecedente interesante. Plutarco nos informa, indirectamente, que los griegos primitivos no tenían como otros pueblos una teoría religiosa del origen de la vida. La teoría de los “autónomos” nos recuerda modernas concepciones sobre la evolución de las especies.

La arqueología también hizo aportes substanciales para cotejar el mito de Teseo con sus evidencias materiales. H.W. Janson, destaca en su obra “Historia del Arte”, los resultados de las excavaciones que Sir Arthur Evans encabezó en la isla de Creta, a comienzos del siglo XX. Estos trabajos le permitieron identificar las ruinas del Palacio de Minos, que data del año 1700 A.C. la más imponente de las construcciones descubiertas, y que, por sus características, responde a las del laberinto que según la mitología habría construido el célebre Dédalo, por ordenes del Rey Minos.

Para concluir digamos que la literatura también se ha ocupado e interpretado el mito griego. En su drama “Teseo”, el escritor griego Nikos Kazantzakis, autor de obras como “Alexis Zorba” y “La Ultima Tentación de Cristo”, el hijo de Egeo no es el vencedor del minotauro, sino su libertador". Luego de su lucha con Teseo, Kouros recupera su rostro humano. No pierde la vida en sus manos, sólo su cabeza de toro. Jorge Luis Borges es autor de un cuento notable, “La casa de Asterión”, una suerte de monologo, en el que el Minotauro sueña con su liberación. Por último, debo mencionar en este recuento a la novelista inglesa Mary Renault escribió dos novelas que tratan del mito de Teseo; “El Rey debe Morir”, que narra la época de la juventud y “Teseo, Rey de Atenas”, que relata su regreso a Atenas, después de su victoria de Creta.
Web Counter
University of Phoenix